Monday, December 29, 2014

Como el tapiz de Penélope

Pues eso, que llevo un mes y pico que estoy como la Penélope de la Odisea: Lo que adelgazo un día lo recupero al siguiente.

¿Motivo? Hay muchos, pero principalmente las cenas y quedadas navideñas. Yo os dije que la principal amenaza de las dietas es el ser una persona muy social. La gente más agradable tiene tendencia a ser gordita. Bueno, y, en el otro extremo, la gente que no sale de casa y vegeta delante de la tele o del ordenador.

Ser sociable significa un gran peligro para la dieta. Al final uno acaba no conteniéndose y comiendo lo que no debe, qué se le va a hacer.

Una cosa muy ridícula pero que admito que me pasa a mí es que, después de una tanda bien surtida de tapas con salsas que resucitarían a un muerto y varios vasos de vino tinto y cervezas, a uno le entra cargo de conciencia y acaba tomando de postre un café con sacarina.

Hombre, después de una copiosa comida de unas 1500 calorías o más, ahorrarse el postre parece ridículo, total de perdidos al río que se dice.

Pero no es tan ridículo como parece, porque un postre de tarta bien hermoso y con nata y tal vienen a ser unas 400 ó 500 calorías, lo mismo que un buen bocata de jamón serrano. Sinceramente, si me dan a escoger prefiero el bocata.

Pues aquí lo mismo, más que ser ridículos, es que se trata de no echar más leña al fuego. Es lógico también porque las tapas suelen ser compartidas y uno acaba no sabiendo con exactitud qué y cuánto ha comido de cada cosa. ¿Alguien puede determinar mientras charla animadamente con los amigos cuántas porciones o cucharadas de cada ración ha tomado? Yo confieso que no. Tengo la ventaja de que como lento, llevo retenciones tras los dientes y eso hace que vaya con desventaja a la hora de compartir viandas con mis amigos. A menudo creo que he comido más de lo que me parece, pero en cualquier caso, el postre suele ser individual y ahí tenemos algo más de libre albedrío.

El problema de las Navidades son los dulces navideños y las largas tardes de sobremesa en familia. Confieso que, como se alargue la hora del café en buena compañía acaban cayendo tres mazapanes o más y alguna copita de licores nada ligeros. ¿Por qué nos gustarán tanto las cremas de licores dulzonas?

Así que intento no pasarme, pero es difícil. Lo estoy compensando con ejercicio, tanto el de ir al gimnasio (difícil en estas fechas con la agenda repleta) pero, aunque no puedo hacer una tabla completa, intento al menos ir y hacer una hora de cardio, principalmente elíptica que quema más grasas en menos tiempo. Ese es mi consejo: Si sólo vas a ir 40 minutos efectivos al gim, usa la elíptica y no la bicicleta.

Otro consejo es el de aumentar el ejercicio indirecto, como ir de compras cargada como una mula (evito llevar el coche si no es imprescindible). Ir de compras sin coche tiene varios beneficios, tanto para la dieta como para los nervios y el bolsillo.

Para la dieta porque se hacen pesas y piernas, aunque vayas en bus siempre andas más que en coche, eso seguro.

Lo segundo para los nervios, porque no se desquicia una buscando de aparcar y luego rebuscando el coche en un aparcamiento que no se conoce bien, con carros por medios y esas cosas.

Lo tercero es que teniendo que cargar en el bus la compra, a buen seguro que no nos excedemos con las cosas, y eso redunda en el bolsillo.

Además se ahorra tiempo, aunque no lo creáis, usando el transporte público. Lo único es que hay que andar listos con las bolsas y el bolso, que los rateros hacen su agosto estos días.

Otro consejo es del bailar después de la copiosa cena ingerida. No es lo mismo quedarse en casa digiriendo la cena en mitad de una siesta como un león que se comió una gacela, que ponerse a brincar dos horas en mitad de una pista de baile. Además, bailar evita que se suba el alcohol a la cabeza, se acaba sudando en buena parte, con lo que mejora nuestra salud del día siguiente.

Otro consejo que doy es tomar mucha pero que mucha agua. El agua arrastra el alcohol en sangre y evita sus temibles resacas que no son más que deshidrataciones severas, de ahí las jaquecas.

Beber agua ayuda a digerir también los alimentos salados y dulzones, y hace que puedan ser eliminados mejor y no retener tanto líquido.

Lo mejor sería tomar calditos depurativos, aconsejo el de puerros y el de alcachofas, pero no siempre tiene uno tiempo para todo esto. Un té verde con mucha agua puede ayudarnos, os lo aseguro.

En fin, no tengo especiales trucos para mantenernos en estos días. A mí me hubiera gustado acabar el año viendo la báscula bajar de los 70 kilos pero me tengo que conformar con que no suba de nuevo por encima de los 72. Quizás tenga que ampliar un mes más la dieta, y en vez de 200 días sean 230 días.

Para los que os pondréis a dieta seguramente el día 7 de enero, un consejo:

Cambiar de hábitos cuesta por lo menos 21 días. Una vez pasados esos primeros día el cambio parece que ha cogido ya inercia y es más llevadero. Pero igualmente si os tiráis 21 días malcomiendo es luego muy difícil cambiar, por eso hay que introducir días de corte durante las Navidades. Se trata de días en los que no quedéis con nadie y os dediquéis a depurar el cuerpo. Yo no hago ayuno completo pero sí durante ese día de corte intento andar entre las 1000 y 1500 calorías y tomar sobre todo verduras y alimentos muy ligeros.

Como os comenté hace tiempo, los potitos de merluza para cenar son un buen consejo. Vienen bajos en sodio, son muy ligeros y estos días que hace frío, calentitos entran muy bien. Con un quesito blanco, yogur o un poquito de jamón york son una cena ideal para compensar excesos.

Feliz año nuevo y a ver cómo se me da el mes de enero, este lo podemos dar ya por perdido para bajar peso. Aunque si tenemos en cuenta que la gente engorda en Navidades un promedio de 4kg, me consolaré pensando en que no he cogido esos kilos.

Saturday, November 15, 2014

Me he estancado !!!!!

Hace semanas que no comentaba nada, porque mi vida se ha vuelto un maremágnum de obligaciones. Además, desde el día 3 he comenzado a trabajar de nuevo (prácticas de funcionaria), tengo que adaptar todo a mi nuevo horario.

Además estoy teniendo que hacer muchas gestiones privadas y atender eventos profesionales y, aunque aplicando los consejos que os di al principio he conseguido no engordar desde finales de octubre que alcancé el hito de 71'6 (8 Kg menos que al principio de ponerme a dieta), lo cierto es que hoy día 15 de noviembre estoy igual que hace más de dos semanas, lo cual supone un estancamiento.

¿Qué ha pasado?

Lo primero que antes en septiembre y octubre tenía una rutina dura de entrenamiento en el gimnasio que hacía que pudiese ir casi todos lo días más de hora y media.

Lo segundo que controlaba mejor los horarios de comidas y lo que iba a comer, con lo cual podía ajustar mejor la dieta.

Lo tercero, que no tenía tantos eventos profesionales y cañitas con los compañeros de la oposición, porque muchos de ellos estaban todavía de vacaciones o haciendo sus actividades y gestiones previas a empezar en el nuevo trabajo.

Lo cuarto, es que he empezado a tomar anticonceptivos, y esto, aunque a la larga me va a suponer una pérdida de peso, a corto plazo hace que me hinche un poco y tenga que combatir con más ejercicio estos efectos secundarios.

Estoy dándole vueltas sobre qué puedo hacer.

Ya no podré ir tan a menudo al gimnasio y tampoco entrenar tanto tiempo. Intentaré primar los ejercicios de cardio frente a los de pesas, pero son estos últimos los que moldean el cuerpo y afinan la figura, además de aumentar el metabolismo basal, por eso estoy viviendo de las rentas.

Tendré que comer fuera de casa muy a menudo. Intento escoger comidas ligeras y poco calóricas, tendré que vigilar muy bien lo que sí puedo controlar que son desayunos y cenas. Quizás algo más de proteínas, para reactivar el metabolismo. Y diuréticos como los espárragos, para combatir la hinchazón. He comprado huevos, haré huevos cocidos y espárragos para cenar, supongo que con eso paliaré un poco los desmanes alimenticios del mediodía.

El tema de eventos profesionales y quedadas tendré que limitarlo a no más de uno por semana, con todo el dolor de mi corazón, o poner excusas para saltarme el networking, qué se le va a hacer.

No obstante, tengo unos 120 días por delante para perder unos 12 kg, lo de los 100 gramos diarios es algo que tiene que ser como un dogma de fé, pero la báscula no se porta bien, ya que el estar sentada más de seis horas al día hace que mi riñón y mis intestinos se vuelvan vagos. Quizás beber más agua mineral y diuréticos (miraré en el herbolario algún compuesto o yerbajo para ayudar) y algún laxante, aunque la píldora hace ya un poco de eso a menudo. De todos modos, creo que compraré salvado de avena, ayuda además a compensar el hecho de comer huevos, que aumenta el colesterol.

En resumen, mi táctica hasta mediados de diciembre será:
- Intentar ir 3 veces al gim a la semana y al menos 2 días cardio intensivo, de 300 calorías de gasto mínimo.

- Tomar más agua y elementos diuréticos.

- Comer más proteínas por la noche y por la mañana.

- Tomar salvado de avena y fibra soluble.

- Limitar los eventos sociales con cóctel a no más de uno por semana.

Deseadme suerte, necesito salir de esta fase, supongo que es normal cuando ya has perdido casi la mitad de tu pérdida objetivo, pero aún así hay que seguir luchando a brazo partido. No me puedo conformar con el 50% de mi objetivo, yo quiero el 100%

En dos semanas os cuento.

Wednesday, October 22, 2014

Comprimiendo la figura

Ya han pasado más de 11 semanas desde que empecé la dieta, unos 80 día, tiempo de sobra para haber dado la vuelta al mundo.

He bajado 7'6 kg en todo ese tiempo, no llega a 100 gramos al día, pero es bastante motivador.

Algunos días me he portado mal y he comido y bebido lo que no debía, sobre todo algunas noches que he salido con amigos de tapas y ha sido muy difícil no sucumbir a la tentación y tomarme alguna cañita o una tapita.

La báscula hay días que me odia y otros se porta muy bien conmigo. La pérdida de peso, como digo, va lenta pero va yendo hacia abajo en global, aunque algunos días me pegue algún susto.

Lo más importante es que no tengo sensación de estar a dieta, aunque algunos días, para compensar excesos, tengo que cenar muy ligero y pasar hambre. Sí, algunos días he pasado hambre, me he ido a dormir pensando, como ayer, en un pincho de tortilla de patatas.

A veces me vienen tentaciones muy vívidas con alimentos diversos. Unos días me viene a la cabeza unos callos, una fabada, un cocidito completo, alimentos muy calóricos todos.

Pero son eso, imágenes que vienen a la cabeza cuando has cenado un batido de proteínas y un yogurt, apenas 300 calorías.

Lo más importante es ver los resultados, cómo me va entrando ropa que antes no podía metérmela ni con calzador.

Un truco que tengo los días que me asaltan las tentaciones es ver mis fotos recientes, que revelan papadita, brazos regordetes o muslos vacunos. Viendo esas fotos me digo: Jo, qué gordita estás todavía, así que habrá que seguirse esforzando.

Sí, porque he bajado 7'6 kg pero me faltan todavía al menos 10 kg más por bajar hasta llegar a un peso razonable (62 kg). El ideal de los 57 kg que tenía a los 25 años voy a tener que írmelo quitando de la cabeza.

Así que el objetivo de los 200 días creo que no es nada descabellado, pero desde luego va a ser duro no, durísimo.

El gimnasio, como digo, me ayuda muchísimo a absorber los excesos. No es que si una noche me meto 800 calorías de más al día siguiente vaya a estar 3 horas en la elíptica para compensar (si hiciera eso me daría un infarto o me tendrían que sacar en camilla).

Realmente, si te pasas 800 calorías y haces una hora de elíptica (unas 350 calorías más o menos), sigues teniendo déficit de calorías. Pero como os comenté, el metabolismo se activa durante ese día y consume otras 200 o 300 más de propina. Eso sí, no vale con hacer eso todos los días o la báscula se quedará estancada de por vida.


Friday, October 10, 2014

Velocidad de Crucero

Ya han pasado casi 70 días desde que empecé la dieta y se empiezan a ver los efectos de varias formas.

No sólo es cuestión de peso (son unos 7 kilos aproximadamente) sino, lo más importante, en la forma física y en la figura.

Reconozco que soy una obsesa de la báscula pero hay que fijarse en otros indicadores para saber si estamos progresando adecuadamente, porque se puede hacer una dieta inadecuada y acabar perdiendo músculo, agua, etc.

De momento he visto que he pasado de la talla 44 a la talla 42. Además, mi cintura acaba de perfilarse, cosa que antes no tenía, o la tenía bajo los pechos en vez de a la altura del ombligo, que es lo suyo.

Esto cambia de algún modo mi forma de vestir, ya que antes para disimular la barriga redonda me ponía camisolas amplias y vestidos de corte imperio (esos que marcan bajo el busto pero luego quedan sueltos de ahí hacia abajo). Ahora puedo lucir camisetas y blusas más convencionales, ya que apenas tengo ya barriguita.

Luego otro punto importante es que ya no tengo los tobillos hinchados, esto hace que me canse menos llevando tacones o zapatos menos cómodos. Y, por último, el tema de los brazos, que con las pesas ya tienen menos forma de orco y más forma de mujer esbelta.

Es importante a parir de los 35 años sobre todo en las mujeres, en fijarse en las "alitas de pollo". Hay muchas mujeres, incluso muy delgadas, que tienen flacidez en los tríceps, y da igual que pesen menos que un canario, están flácidas. Esto no pasa con 18 años, pero sí a partir de cierta edad. Para combatir esta flacidez, no hay más remedio que hacer pesas.

Sí, gran parte del éxito no está en las palizas en la elíptica (que también es importante) sino en las pesas, que las mujeres no solemos tocar, pero que son muy importantes para combatir la celulitis y la flacidez.

Así que mi balance cuando he llegado al 33% de mi tiempo fijado a dieta es muy positivo.

Sin embargo, no hay que bajar la guardia. Hay un efecto Pareto perverso que viene a decirte que, cuando te vas acercando a tu objetivo te va a costar lo indecible. Y es cierto. Al principio perdía más de un kilo por semana pero desde hace dos o así, no consigo perder más allá de medio kilo, y para bajar algo más tengo que machacarme literalmente en el gimnasio.

La dieta es un apoyo para no pasarse de las calorías, pero he observado que, haciendo deporte de forma intensa, la dieta es menos importante. Si te pasas un día, al día siguiente te machacas 30 minutos más y suele surtir efecto. Incluso el cuerpo tiene acostumbrarse a absorber excesos.

No me malinterpretéis, no os estoy diciendo que os saltéis la dieta a menudo. Sólo que probéis a saltarla de vez en cuando (haciendo deporte eso sí), para comprobar cómo reacciona el cuerpo, si es capaz de eliminar esos gramos de más o esa grasa o lo que sea de forma más o menos rápida.

Thursday, September 25, 2014

Paréntesis tras operación

Hola, el viernes pasado me operaron del útero y he estado unos cuantos días de paréntesis en el tema gimnasio. Mañana es posible que empiece a retomar con mucha precaución el entrenamiento, poco a poco y de forma suave.

Cuando tienes que someterte a una intervención, aunque sea sin puntos como es mi caso, siempre te plantea problemas de cara a seguir una dieta.

Lo primero porque no puedes hacer deporte durante como mínimo diez días. Esto hace que se rompa el ritmo de quemar grasas.

Lo segundo, porque la inmovilidad hace que se retengan más líquidos. Además, los sueros y medicación intravenosa contribuyen a esta retención de líquidos. El día de la operación, totalmente en ayunas durante dieciocho horas, resulta que pesaba dos kilos más que el día anterior. Y todo por la medicación intravenosa y la anestesia general.

Ante esta debacle poco se puede hacer salvo esperar que las cosas vuelvan a su cauce y corregir nuestras expectativas para las próximas semanas, ya que hay que volver a empezar de nuevo la rutina de entrenamiento casi desde cero.

Pero hay ciertas cosas que recomiendo (esto siempre consultando con los médicos, eh?)

1.- Si la operación no implica hospitalización durante varios días (en mi caso sólo estuve un día ingresada) y no hay puntos ni grapas ni heridas externas, se debe empezar a andar y pasear lo antes posible. En mi caso fue a las 24 horas de salir de la clínica.

2.- El dolor de riñones es un indicativo de congestión renal y contracturas musculares (por las posturas en quirófano, por la postración y reposo, etc.) El caso es que, cuando duelan así los riñones, en vez de atracarse de analgésicos, hay que moverse. Un poco de estiramientos suaves para descontracturar la zona lumbar viene muy bien. Un masaje suave también, pero sobre todo pasear, pasear y pasear. Duele andar, pero cuando llevas un rato andando verás cómo el dolor lumbar va cediendo un poco.

3.- Tomar infusiones que sean ligeramente diuréticas (cola de caballo, té verde, manzanilla, etc) No tomar infusiones poco comunes sin consultar con el médico, nunca se sabe cómo van a reaccionar con la medicación que tomamos, pero la manzanilla de toda la vida o el té suave nunca vienen mal y ayudan a eliminar la anestesia y el exceso de medicación que deben drenar los riñones.

4.- Dieta blanda, comer poco a menudo. Aunque no sea el estómago el objeto de la operación, no cabe duda de que se queda muy revuelto tras una operación. En mi caso eché hasta los higaditos por la boca tras despertar en reanimación. Así pues, un guiso pesado o una fabada no hubieran sido lo ideal. Mi recomendación es tomar sopitas de fideos, yogures, etc. Las verduras y frutas mejor dejarlas para más adelante, ya que son algo difíciles de digerir y además, cuando te hurgan las entrañas se generan muchos gases e inflamación abdominal y para eliminarlos hay que tomar alimentos colagogos, es decir, buenos para el hígado y la vesícula, poco grasos, calentitos (pero no mucho), etc.

5.- Si has perdido mucha sangre, hay que comer carne roja. Por una vez se puede uno saltar la dieta sana, hay que reponer el líquido vital y nada mejor que un poco de filetito de ternera a la plancha. Pero sin patatas fritas ni nada aceitoso de acompañamiento. Se puede tomar un poquito de pan, suele calmar la acidez de estómago. A mí me funciona.

6.- No cenar demasiado. Esto ya de por sí es un consejo estándar de las dietas, pero cuando estás recién operado es una obligación, ya que por la noche se intensifican los dolores y si encima tienes ardores de estómago, doble dolor. Por la noche, leche calentita y galletas, sopita de fideos o algo así, no es momento para ensaladas, eso cuando nos repongamos.

Y bueno, como digo, esperar, esperar y esperar. Al final todo vuelve a su cauce. En mi caso, no he hecho reposo absoluto, he intentado tener cuidado en no hacer esfuerzos y no he ido al gimansio, pero al final esta semana no me ha ido mal del todo.

Estamos a día 25 de septiembre, 52 días de dieta, y he perdido 6kg, peso 73'6 kgr actualmente, y mi objetivo es perder al menos 10 kg en los próximos meses y, si es posible, 15 kg hasta el mes de marzo del año que viene. Ardua tarea, pero estos primeros 6kg me empiezan a recompensar. Ya no intentan ceder el asiento en el metro porque creen que estoy embarazada, como me pasaba antes, mi barriguilla ya está menos exagerada, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer.

Mi desayuno de hoy: Dos tostaditas de pan integral, dos lonchitas fínísimas (10 gr cada una ) de jamón serrano, café largo con sacarina y un poco de leche desnatada (sin lactosa en mi caso). Aproximadamente 250 cal.

Monday, September 15, 2014

¿Cómo se quema la grasa haciendo deporte?

A la hora de intentar perder peso, hay controversia entre si es mejor hacer deporte de alto impacto poco tiempo (esos que te dejan colorada como un semáforo) o de bajo impacto mucho tiempo. La dicotomía de qué es mejor: Andar o correr.

Lo mejor es combinar ambos. Me explico: Hacer sprints combinados con series de ejercicios de intensidad más baja.

La explicación es compleja, de entrada no hay que hacer caso a las calorías que ponen en las máquinas de fitness, que por muy ajustadas que estén no nos indican si estamos gastando la grasa de la barriguilla o el poco azúcar que corre por las venas.

Hay que entender el metabolismo de lo que el cuerpo usa cuando se hace cualquier actividad física. Las grasas es el último combustible que se usa, así que para quemar grasa primero hay que quemar el azúcar de diversos tipos.

Primero el cuerpo tira del azúcar en sangre en forma de ATP, un compuesto que es un auténtico chute para los músculos. Cuando éste se agota, mira entonces al hígado, el glucógeno almacenado, y cuando ya no queda más, entonces consume la grasa.

Bueno, en realidad es más complicado que lo que cuento. El caso es que se requieren unos 45 minutos, dependiendo de lo que cada uno acostumbre, para que el cuerpo tire de los depósitos de grasa. Por eso, conviene hacer ejercicios de larga duración e intensidad moderada.

Pero también hay que enseñar al cuerpo a que no ahorre el azúcar que hay en sangre y use la cantidad que precise para hacer ejercicios de alto impacto y corta duración. De ahí combinar los dos tipos de ejercicio y por qué alterno días un poco más "perezosos" y largos de musculación y bicicleta con otros vigorosos de elíptica y baile, como el otro día que empecé Shbam. Lo bueno de acostumbrar el cuerpo a usar el azúcar circulante es que, cuando te pasas y te das un pequeño homenaje, también lo digiere más rápidamente. Y el ejercicio de resistencia de larga duración hace que el cuerpo se acostumbre a ser menos tacaño con las grasas. Así se consiguen los dos objetivos fundamentales:

1.- Perder grasa sobrante.
2.- No almacenar más grasas.

42 días a dieta, reflexión

6 semanas a dieta ya. He bajado un promedio de 800 gramos por semana, total 4'8kg. Parece muy poco, pero habida cuenta de los problemas que he tenido y los altibajos, no se me antoja tan mal, ya que, de seguir así, tras unas treinta semanas habré bajado más de veinte kilos, lo cual es mi objetivo propuesto.

He cometido errores y aciertos y ha habido momentos de debilidad, como el anterior fin de semana, pero así en general hay que decir que la cosa marcha. Ahora bien, me tengo que matar a hacer cosas, y no me refiero sólo a ir al gimnasio para poder bajar algo de peso. A las que hemos nacido con el metabolismo trastornado o se nos ha estropeado por el camino, aparte de la dieta de las mil quinientas calorías, tenemos que sudar bien la camiseta todos los días.

Consejos generales:

1.- Andar mucho, lo que se pueda. 2.- Gimnasio al menos 3 veces por semana, si se pueden 5 ó 6 tanto mejor. 3.- Cardio al menos 45 minutos, pero también hay que hacer pesas, si no, no hay músculo que suba el metabolismo. 4.- Comer cinco veces al día. Si no se puede, al menos desayunar más o menos bien, no atracarse en ninguna comida, la cena ligerita y el vasito de leche desnatada antes de dormir.

Y bueno, anotar lo que uno come para saber qué le hace engordar realmente, aunque en general suele ser porque se pasa uno comiendo carbohidratos o porque se vaguea demasiado.

Wednesday, September 10, 2014

Las temidas mesetas, cómo sobreponerse.

Una cosa que ocurre cuando te pones a dieta es que, de vez en cuando, se rompe el ritmo de bajada de peso.

Unas veces ocurre porque nos hemos saltado la dieta, pero otras sencillamente porque es preciso adaptar la dieta y el gimnasio al nuevo estado del cuerpo.

En mi caso voy a confesar que la semana pasada tuve jaleos de todo tipo, laboral y de índole personal y al final sólo he podido ir tres veces al gimnasio y con ganas lo que se dice con ganas sólo una.

También he roto la dieta por problemas para cocinar o comprar comida sana y al final este domingo recurrimos a la socorrida pizza a domicilio.

Bueno, el resultado es que la báscula no ha bajado durante una semana. Afortunadamente, tampoco ha subido. Pero vamos, que las tres primeras semanas había cogido buen ritmo y la pasada ha sido como si no hubiera existido.

En este punto hay gente que tiraría la toalla. Pero no hay que hacerlo. Somos humanos y esta lucha es una guerra, y se pueden perder batallas puntualmente. Lo que hay que hacer es no repetirlo las siguientes semanas.

Otras veces ocurre que uno cree que está haciendo las cosas bien y no. Me explico: Si uno pesa 80 kg y necesita para mantener esos 80kg pongamos que 2000 cal diarias, para bajar cinco kilos basta con reducir 500 calorías de esas y hacer un consumo de 300 cal extra en el gimnasio. Así se queda un déficit de 800 cal diarias lo que viene a ser perder un kg a la semana más o menos (grasa más agua).

Pero si uno ha bajado ya a 75kg hay que volver a rediseñar la estrategia, porque ahora el metabolismo de mantener esos 75kg ya no son 2000 cal diarias sino probablemente 1850. Siguiendon con el mismo patrón anterior, el déficit ya no es de 800 cal diarias sino sólo de 650, lo cual quiere decir que van a hacer falta 10 días y no 7 para ver bajar la báscula de dígito.

Y así cuanto más bajamos de peso más cuesta bajar esos kilos residuales que nos separan de nuestro peso ideal. Tenemos varias opciones, yo aconsejo aumentar la actividad física, ya que aumentando la musculatura se aumenta el metabolismo basal. Hacer cardio ya no es suficiente, lo fue para perder esa grasa mórbida, pero para sacar la grasa que lleva décadas pegada al lomo, hay que hacer algo más que pedalear durante una hora.

Así que amigos, hay que hacer pesas. Y como os comenté, la secuencia es: Calentamiento, pesas, cardio y estiramientos. Esto hay que hacerlo como mínimo dos veces a la semana y recomendado tres.

Así que esta semana borrón y cuenta nueva, he vuelto a ir al gim más un plus de actividad por el cambio de rutina al estar en el proceso de cambio de trabajo. Ahora estoy aprovechando para hacer recados y bueno, hay que andar, y mucho. Andar es muy sano y el mejor gimnasio que hay. De nada vale como una conocida del barrio que pide al chófer que la recoja de la peluquería que está a 300 metros y luego dice que va al gimnasio. Supongo que será esos modernos de traje con cables. Qué queréis que os diga, no lo he probado pero todo lo que no suponga esfuerzo no me inspira confianza. No hay nada como sudar la camiseta para estar en forma.

Consejos prácticos para vencer la temible meseta:

1.- Anda y aumenta un poco más la actividad física.

2.- Toma algún diurético y/o laxante natural (espárragos, cola de caballo, ciruelas...)

3.- Cena algo menos y con más proteínas.

4.- Deja el vinito y esos extra que suman calorías vacías aunque sean muy pocas.

5.- Deja el pan por unos días y baja los hidratos.

6.- Toma té para estimular el metabolismo. El té rojo es bueno, el fucus también.

7.- Ojo con la sal, limítala y bebe más agua mineral (no del grifo)

8.- Duerme, descansa, a veces no dormir también engorda.

10.- Relájate para que tu metabolismo pueda actuar bien y tu intestino haga su trabajo.

Y sobre todo, mucha paciencia, son esas semanas tontas.

Thursday, August 28, 2014

Recetas exprés

Acabo de ver un blog donde una chica comentaba que había que comer "sano" cocinando menestras de verduras, preparando platos caseros, etc, etc. etc. Eso y yendo a comprar productos ecológicos a mercados adecuados y tal y tal y tal.

Vale. La tal afortunada debe ser liberada de la esclavitud de la vida laboral actual. Muchos de los que estamos gordos no lo estamos por negligencia. Yo sé que las chocolatinas son caca y engordan y que comer un sandwich envuelto en celofán de una máquina que reponen una vez a la semana no es la mejor fuente de vitaminas y oligoelementos.

Pero esas cosas son rápidas de adquirir y comer. Y cuando no tienes tiempo, no tienes tiempo. Fin de la cuestión.

La cosa es, cómo cambiar radicalmente el estilo de comida usando muy poco tiempo. Y por muy poco significa:

- No tener que perder tiempo extra yendo a comprar la comida a un pueblo perdido de Guadalajara.
- No tener que hacer siete compras en supermercados distintos porque no encuentro en uno solo el seitán, el tofu, el kéfir de cabra jovencita, los brotes de soja libanesa o lo que cojones sea la fuente más pura de los elementos básicos de la dieta.
- No tener que poner la cocina patas arriba que luego hay que limpiarla y aquí considero que sois como yo, chacha a tiempo parcial después del 120% de mi jornada laboral.
- No tener que comer la comida tapándose la nariz de puro asco.

Con estas premisas por delante, se trata de hacer dietas con trucos de preparación de comidas.

Algunos trucos extrarrápidos para comer medio sano:

- 1) Los boquerones al natural que venden en los supermercados de bario. Hay que escurrirlos bien y si no os gusta el vinagre o la sal que le echan (a veces en demasía) además de escurrirlos darles una buena lavada bajo el grifo.

Estos boquerones se pueden comer en un platito con un tenedor. No requieren nada más. Son 150 calorías y como cena con una tostada de pan integral y mi buen vinito blanco quedan de lujo. Los boquerones son buena fuente de proteinas, aceites omega-3, omega-6 y todos los omegas que se me ocurran.

-2) Las ensaladas preparadas de algunas marcas conocidas. Vale, la lechuga que usan es un poco asquerosa. Yo os recomiendo las que tienen de base rúcula que es más sabrosa y tarda más en ponerse mustia. Hay una de pasta con rúcula que tiene unas 700 calorías. Ideal para llevar al trabajo y no requiere microondas ni cubiertos. Ojo, ojo, ojo: Me refiero a las ensaladas que están en refrigerados, no esas inmundicias llenas de grasas trans que venden en latas de mil marcas distintas que si no se te saturan las venas de grasa después de comer eso, a buen seguro que vas a pasar una noche dando más que vueltas en la cama.

-3) Las uvas sin pepitas. Vale, son transgénicas y no son ecológicas. Pero las uvas blancas sin pipas tardan dos semanas en picarse y se lavan y comen sin dejar residuos. Ideal para llevar en un minitaper lavaditas y comer en cualquier sitio.

-4) Los plátanos. Fruta cómoda de comer en cualquier sitio. Compradlos muy verdes para irlos escogiendo gradualmente.Yo pongo fuera de la nevera los que me voy a comer en días.Ideal para la merienda temprana una hora y media o así antes de ir al gim. Tienen potasio que evita los calambres musculares. Eso sí, platanos estándar, no pedazos de bananas, que tienen el doble de calorías.

-5) Las latas de pavo y magro de cerdo. Mejor las de pavo a poder ser. Las de magro están más gustosas pero tienen el doble de calorías. Ideal para las cenas en las que vienes que devoras. Una lata vienen a ser unas 400 calorías. Tienen algo de grasa, pero muchas proteínas. Y sacian el hambre, os lo juro.

-6) Las sardinillas de lata, mejillones en escabeche y berberechos. Son ideales para las cenas escurriéndolos siempre antes muy bien. Vienen a ser entre 200 y 300 calorías con un par de tostadas de pan.

-7) Los yogures de proteínas tipo saciantes, pero por Dios, los que llevan fruta gelatinosa no.







¿Comes en familia, delante de la tele, picoteas o devoras?

Esta mediodía me he dado cuenta de que, a veces, como un poco deprisa, aunque el record se lo lleva mi marido.

Para adelgazar hay que comer despacio. No hace falta masticar 32 veces cada bocado como recomendaba Mary Poppins pero sí dedicarle al menos 30 minutos a la tarea de comer al mediodía, si esa es la comida del día que más fuerte haces, que además es lo más recomendable si trabajas en turno de mañana y tarde como es mi caso.

Hay muchos problemas derivados de comer deprisa, con ansia vaya. Voy a enumerar unos cuantos:

- Tragas más aire. Problemas de gases, hipos, ardores ...
- Los alimentos no hacen bien el bolo necesario, hay más riesgo de atragantamiento.
- La saliva contiene enzimas para predigerir ciertos alimentos, sobre todo los carbohidratos de tipo almidón, que son parte de los que nos hacen engordar si no los digerimos bien.
- Comer rápido hace que necesites comer más cantidad de comida hasta que el cerebro sienta que "está lleno". Al final cuando da la orden acabas estando no lleno, sino repleto. Comiendo más despacio la orden llega cuando tiene que llegar, es decir: Cuando has comido la cantidad necesaria.

Así pues, es preciso, siempre que se pueda comer al menos sentados a una mesa, con un tiempo de 30 minutos y haciendo pequeños descansos entre grupos de bocados. Yo aconsejo la sana y antigua costumbre de conversar en la comida. A veces pienso que la dieta mediterránea no funciona por las lechugas, los tomates, las lentejas o el vino tinto. Yo pienso que funciona bien para estar sano porque existe la costumbre mediterránea (ya en desuso) de sentarse toda la familia alrededor de una mesa.

Parece una tontería pero analicemos qué significa comer de forma familiar en una mesa:

1.- Poner la mesa. Se tardan 5 minutos y los comensales que no sean los encargados de la cocina forman parte del rito de hacer algo por la comida familiar. De ahí la sana costumbre de acostumbrar a los niños a poner la mesa.

2.- La boca comienza ya a salivar cuando ves el pan en la mesa y los aperitivillos entorno a ella, como que la mesa tiene colorido y es la antesala de lo que vendrá.

3.-Hay que esperar a que todo el mundo esté sentado a la mesa para comenzar. Ralentiza el comienzo pero ya la boca saliva que no puede más.

4.- Se come, pero se habla, se conversa, se reposan los platos.

5.- Se recogen todos los platos pero la sobremesa sigue, un café quizás, o un postre. Una charleta tras la comida para no irse directamente a tumbarse o salir pitando, esto es beneficioso para que el estómago haga la peor parte de su trabajo sin tener que dedicarse uno a castigarse el cerebro resolviendo sudokus o irse a saltar obstáculos por la calle.

La vida moderna obviamente no sólo impone la tiranía de comer porquerías sino además, impone la costumbre de comerlas rápidamente, muy rápidamente. Comida que se engulle directamente con las manos, sin cubiertos (chocolatina, sandwich, hamburguesa, pizza) y sin hablar con nadie, a solas, igual viendo la tele sin mirar siquiera lo que comemos, nos meten dentro de la pizza una cucaracha y nos la zampamos igual pensando que eran aceitunas negras ...

El comer rápido y mal hace que nuestro cuerpo se ponga siempre en el modo "hamster". ¿Habéis visto como comen estos animalitos? Engullen y se guardan en el buche un kilo de pipas. Bárbaro.

El actuar como hamsters con la comida lleva a la obesidad de plano.

Si no puedes evitar como yo tener que comer en poco tiempo, al menos come poca comida e intenta masticar un poco y tragarla con saliva. El agua con la comida está bien, pero que nunca sustituya la función principal de la saliva que es predigerir los alimentos.

Tuesday, August 26, 2014

Adicción a la comida, cómo salvarla

Os hablé al principio de que los humanos (algunos gorditos) estamos enganchados a la comida.

Para otros humanos, y conozco algún caso, la comida es un trámite fastidioso para subsistir. Incluso hay algunos que sienten odio hacia la comida.

El caso es que poner mucha atención en la comida viene del aburrimiento, de pasarme muchas horas sentado delante de una tarea engorrosa y aburrida y se usa la comida como premio, kitkat o lo que sea que alegre el día.

Pensad cuándo coméis más compulsivamente, os daré ejemplos:

- Llegas a casa agotado/a de un duro día de trabajo. No tienes ni ganas de hacer la cena, buscas poner la mente en blanco.
Te sientas como un zombie frente a la tele y, oohh... Una bolsa de patatas fritas, palomitas, fuet, galletas de chocolate... Y no paras hasta que te lo acabas todo.

- Vas a una reunión de trabajo que es un muerto auténtico pero te ponen cosas de picar. ¿Te paras a hablar con alguien de lo divertido que es el nuevo prototipo de gamusinos automatizados? Noooo.... Te atracas de canapés y de cervecitas, fijo, fijo, fijo...

- Tienes unos niños que te sacan de quicio (no es mi caso, no tengo hijos todavía). Te han hecho mil trastadas. Por fin los acuestas y dices, caramba, me he ganado un premio. Te pones un vinito y una cervecita. Dices, ¿algo para acompañar a esta cervecita? Y no te pones unas varitas de crudités de apio y zanahoria con salsa de yogurt, no, te pones una lata de aceitunas con anchoa y unas rodajitas de longaniza.

- Has discutido con tu jefe/marido/suegra/vecino. Te vas al bar a tomar algo. Pero con la cerveza te ponen una tapa. No has cenado del disgusto, pero ea, con la montaña de kikos y la media ración de rusa parece que el disgusto va menguando.


La mayoría de los que comemos compulsivamente (sí, yo también me incluyo) es porque padecemos estrés y ansiedad.

De hecho, desde que aprobé la oposición no he vuelto a comer compulsivamente. Sí que he festejado y algún día he comido más de la cuenta pero no compulsivamente, vamos a entendernos.

Nadie confiesa: "Sí, soy bulímico/a" porque todo el mundo lo asocia a vomitonas de gorditas que viven con veinte gatos y no se depilan el bigote. Pero no, muchos de los que tenemos kilos de más tenemos alguna tendencia a la bulimia.

¿Mi consejo? Si puedes, rompe con lo que te genera ansiedad. Si no puedes romper, al menos no tengas comida prohibida en casa y vete a vivir lo más lejos posible de los restaurantes de comida rápida, máquinas de picoteos, etc. Si eso no te detiene, no sé, léete la historia con fotos del pobre desdichado que falleció hace poco pesando más de cuatrocientos kilos porque le dio un infarto y no pudieron llevarlo al hospital porque no tenían grúas para transportarlo disponibles en ese momento. Si esa historia no te hace saltar las alarmas yo ya no sé qué más aconsejarte, igual con el Prózac pero personalmente, entre eso y el tequila, prefiero lo segundo, tiene menos química. Y no se trata de cambiar un vicio por otro.

Porque, ¿habéis visto lo delgaditos que suelen estar los que fuman? ¿Es que el tabaco los consume? No, es que si fuman no comen compulsivamente. Pero cualquier vicio es insano para la salud, incluso la ludopatía que parece que sólo es insano para el cerebro y la economía familiar, al final puede dar con tus huesos en un vertedero de Loeches por una paliza de una mafia del Este. No digo más...

Así que yo os aconsejo: Haz el amor y deja el fuet tranquilo en su sitio, para la familia esa compulsiva del picoteo. Y de paso, no veas la tele que te incita a comer de esa manera obsesiva, mejor escucha a Mózart que es más relajante. Ah, y practica deportes orientales. Las asanas de yoga son muy adecuadas para vencer obsesiones. Eso y la acupuntura.

La impaciencia es la madre del fracaso

Cuando nos ponemos a dieta, como en mi caso con muchos kilos de más encima, es preciso cultivar la paciencia.

Paciencia y perseverancia. 20 kilos no han llegado a mi cuerpo en un sólo día y tampoco se pueden ir en el mismo plazo de tiempo. Además, el cuerpo humano está diseñado a para engordar y no para adelgazar. Sobre todo porque desde que nacemos hasta que llegamos a nuestra adolescencia crecemos pero también engordamos. Nos tiramos los primeros dieciocho años de nuestra vida creciendo y engordando, así que el cuerpo se acostumbra a sacar el máximo partido de la comida.

Si, además, te has criado en una familia en la que la gordura está proscrita y comes relativamente poco, de niño tu cuerpo se ha acostumbrado a sobrevivir con lo mínimo.

Echando una mirada retrospectiva atrás, debo reconocer que he pasado hambre de pequeña y me he pegado atracones a escondidas de hidratos de carbono a mogollón. El pan que es lo más barato que hay era mi tabla de salvación, y si encima iba con lonchas de mortadela, para qué os cuento más.

No quiero contar mis vicisitudes de niña (eso es otro blog), pero sí reflexionar sobre que mi cuerpo es gordo porque ha aprendido a engordar y muy poco a adelgazar. Además, cuando me he puesto a dieta, lo he hecho con mucha impaciencia, deprisa, deprisa. Así que he sufrido el temido efecto yoyó.

Es posible que, a estas alturas de mi vida, también tenga dañado el tiroides, y todo en mi cuerpo vaya lento. Tengo que activar el metabolismo para que queme más y deje de acaparar porquerías.

Supongo que a muchos les pasa igual.

Reflexiones:

- Si haces una dieta drástica, estás ralentizando el metabolismo, tu cuerpo se pone en modo supervivencia, acabas perdiendo músculo que es lo que tira del metabolismo, al final te engorda hasta el agua.

- Si haces demasiado deporte de golpe, rompes el cuerpo, te rompes literalmente.

- Las proteínas son buenas para adelgazar, pero una dieta hiperproteica por si sóla es ineficiente, no activa el metabolismo.

- Para activar el metabolismo hay que repartir en más tomas las mismas calorías. Lo ideal es no tener nunca el estómago vacío ni mucho menos lleno.

Por cotillear, consulté una dieta para culturistas y resulta que hay que aumentar la ingesta de proteínas y tomar los hidratos de carbono cuando se van a hacer actividades físicas fuertes. Todo un arte pero esta gente recomienda hasta comer seis veces al día y sobre todo, beber mucha agua.

A mí me dijeron en su día que hay que tomar al menos el peso que tengas en proteínas al cabo del día, simplemente para no perder músculo si haces dieta. Si quieres aumentar la masa muscular (lo cual incrementa el metabolismo) se puede llegar hasta el doble de gramos en proteínas puras.

Pero ojo, no se indica en niguna dieta culturista que haya que dejar de ingerir carbohidratos, ni siquiera temporalmente, como pasa con la dieta Dukan o las cetogénicas en general. Se trata de comer con cabeza buscando un resultado.

¿Cuál es mi problema?

a) No me gustan los batidos de proteínas, a mí lo que me sacia es masticar comida. A mi marido le encantan estos batidos. No sé, debe ir en la psique masculina. Alguno que me lo explique.

b) Odio echar media hora de cuentas antes de decidirme para cenar entre pechuga de pollo, queso 0% o dos barritas de dieta.

c) No quiero tener los biceps para concurso de miss fitness España 2014.

No obstante, sí que estoy adaptando mi dieta a esta filosofía con los siguientes cambios:

Tomo una barrita de proteínas de las de cien calorías o un plátano pequeño o así para picar a las 4 de la tarde, para que me dé tiempo a digerirla cuando voy al gim a las 8

Como algo antes de salir de casa por la mañana temprano ,aunque sean tres míseras uvas o un yogurt.

No como pasta de noche, ni arroz, ni comidas con mucho porcentaje de carbohidratos, y a poder ser con poca grasa a excepción del aguacate que me chifla, se pela enseguida y hace que las ensaladas sean algo más alegres que mera mezcla de yerbajos.

Pero, sobre todo, sé que es posible que acaben los doscientos días y me queden otros doscientos y más hasta que me acostumbre a estar siempre alerta con mi peso. Ojo, alerta que no obsesionada.

No obsante os pongo ahora en otro post "los comodines o truquitos tramposos".

Muy importante: Buscaos un hobby, un curso de chino, hacer sudokus, algo que hacer durante el tiempo libre que sea imposible hacerlo con rodajas de fuet en la mano. El caso es no poder comer y hacer otra cosa al mismo tiempo.


Monday, August 25, 2014

21 días a dieta ya

Podría ser un programa de la televisión, ya sabéis 21días haciendo cosas raras, pero no, es lo que llevo ya en esta dieta, algo más del 10% del tiempo que me he marcado y he bajado ya 3kg. Parece muy poco, pero viene a ser un kilo por semana, lo que no está nada más.

Pero yo os digo: Cuidado, hay que analizar si estás perdiendo volumen de donde tienes que perderlo. Es decir, si te ves bien. Y sí, me veo más esbelta, hay algo en mí que ha comenzado a arrancar para bien, y es que la gente me ve mejor, más saludable, más joven, más la yo que era antes de echarme a perder. Y eso es importante. Espero que el día 200 esté super cañón, pero sobre todo: Sana como una pera.

Ayer fui al gimnasio a entrenar. El sábado no porque estaba realmente destrozada por la visita de la "prima de rusia".

El caso es que, por primera vez, me di cuenta de la importancia de hacer ejercicio con pesas, con aparatos.

Parece que sólo el ejercicio cardio es importante para perder peso pero no: Es importante generar músculo, y eso sólo se consigue trabajándolos. Si además trabajas grupos musculares grandes, puedes aumentar tu metabolismo de forma que sigas consumiendo calorías hasta en reposo.

No digo que os volváis un Scharzenegger pero sí que trabajéis grupos musculares grandes.

Yo de momento tengo en la tabla que me han dado los siguientes ejercicios:

- Hombros (press hacia arriba), lo hago con el mínimo peso porque los tengo delicados.
- Pectorales
- Dorsales (una especie de remo).
- Piernas (extensión de pierna sentada y boca abajo).
- Abdominales
- Lumbares


Primero caliento 15 minutos en la elíptica hasta que rompo a sudar, luego hago 3 repeticiones de 15 por cada ejercicio. Después hago 35 minutos de cardio y 10 minutos de extiramiento.

Y se nota, vaya si se nota, aunque al día siguiente te duelan hasta las pestañas.

Ah, extirad bien el cuello, sufre mucho con los ejercicios de peso.

Friday, August 22, 2014

Recetas de dieta muy rápidas

Os prometí que iba a ir contando recetas rápidas para hacer comida de dieta que no tenga porquerías artificiales a cascoporro.

Además, que se puedan hacer en pocos minutos usando el microondas. Todo el mundo entiende que llegas a casa a las tantas y lo que menos te apetece es trastear en la cocina.

Lo primero que hay que hacer el fin de semana es la compra. Una de las cosas buenas de la dieta Dukan son las recetas de comidas que se pueden hacer fácilmente. Ojo, no estoy diciendo que hagáis esta dieta, pero sí que cojáis algunas de sus recetas porque son fáciles de hacer y muy saludables.

Por ejemplo: El pan Dukan. Es ideal para los desayunos de fin de semana. A diario es engorroso hacerlo a menos que lo hagas por la noche y lo guardes en la nevera para la mañana siguiente.

Para el pan Dukan se necesita salvado de avena, algo de salvado de trigo, huevos o claras (las venden en algunos supermercados ya en brick liofilizadas y son muy prácticas), sacarina líquida, bicarbonato sódico, queso batido 0% (en algunos súper venden tarrinas grandes de ese queso que se confunde con el yogurt) y un poquito de sal.

Se baten las claras (o los huevos) bien hasta que estén con "ojitos". Se le echa una pizca de bicarbonato y una pizquinina de sal, algo de sacarina líquida (sin pasarse). Luego se echa el queso 0%  y por últivo el salvado de avena y el de trigo. Las cantidades que yo echaba eran 2 huevos (o 3 claras o equivalente), 2 cucharadas soperas de queso 0%, 2 cucharadas soperas de avena, 1 cucharada sopera de salvado.

Se busca un plato muy hondo y se echa unas gotitas de aceite (el aceite en spray viene de lujo para esto) y se extiende a modo de engrase muy fino del plato. Se echa el batido de huevos, queso y salvados ahí. Se pone al microondas a potencia máxima un par de minutos hasta que coja más o menos como un dedo de espesor y no se queme por supuesto. Se casa, se desmolda y se espolvorea con canela, queso 0%, mermelada de dieta, etc.  Y por unas 250 calorías ya tienes tu bollo del desayuno rico en proteínas, bajo en carbohidratos y con la fibra necesaria.

Otro plato muy fácil de hacer es el pescado blanco al microondas. Yo compro siempre lomos de merluza (o lo que os guste más) con su piel, porque están menos procesados. Prohibidas las varitas y demás rebozados de pescado.

Se sacan dos lomitos (100 gr cada uno) se ponen en un plato engrasado ligeramente (para que no se peguen), se cortan tomatitos cherry y limón, sal de ajo, chorrito de aceite de oliva y al micro hasta que estén hechos. Si le echáis luego eneldo por encima (las especias de hierbas siempre al final, cuando se saca el pescado del micro), están de vicio los lomitos y tenéis una cena ideal por menos de 300 calorías.

Otra receta super rápida sin microondas ni nada son las yemas de espárragos con atún al natural y un poquito de salsa de yogurt y tomatitos cherry. La salsa de yogurt la podéis comprar hecha (mirando bien el tema de las grasas trans y todo eso). Es una receta para cenar muy ligera, muy diurética y que viene bien para saciarse por la noche, ya que los espárragos tienen mucha fibra y muy pocas calorías (un bote de yemas de espárragos apenas tiene 50 calorías y entra mucha cantidad). La lata de atún pequeñita al natural no tiene más de cien calorías y aunque le pongáis otras cien de la salsa y cincuenta más de una tostadita de pan, siguen cuadrando las cuentas.

Thursday, August 21, 2014

Diario de la dieta hasta hoy

No pretendo aburriros ni dar un ejemplo para seguir a pies juntillas, pero bueno, puesto que se trata de un diario de dieta creo que debería dar algunas indicaciones sobre cómo estoy gestionando esta dieta.

Comencé la dieta el lunes 4 de agosto. Ese día pesaba 79,5 kg

El gimnasio lo comencé el miércoles 6 de agosto (me apunté el martes 5), pero a moverme un poquito ya empecé a tomar conciencia desde el propio lunes 4.

No tengo un número de calorías por día fijo, aunque varían entre las 1300 y las 1900 calorías, pero lo que realmente me funciona es andar entorno a las 1600 calorías y luego hacer unas 400 de actividad deportiva al día, preferentemente cardio.

Mis desayunos varían entre las 200 y las 400 calorías. Suelen consistir en un café cortadito con sacarina y alguna cosa más, normalmente un yogurt natural y algo como: Tostadita pequeñita con queso blanco 0%, tostada finita (medio mollete) con una cucharadita de mantequilla o aceite de oliva o si tengo una prisa horrorosa me tomo una magdalena pequeña o una barrita de dieta de las de ciento y poco calorías.

Para ir a trabajar tengo que andar alrededor de 15 minutos a buen paso, lo que viene  a ser un kilómetro, y desde la parada de destino a mi oficina tengo 5 minutitos más caminando. En total serán 1'3 km aproximadamente lo que viene a ser un consumo extra de 100 calorías, porque además lo ando pero que bien rapidito.

Mi comida suele ser un sólo plato en la cantina. No me suelo llevar comida salvo en invierno que se conserva mejor, porque no tengo nevera en la oficina y además me cobran igualmente aunque traiga la comida de casa, porque sólo se puede comer en la cantina, así que mitad pereza mitad que no me ahorro casi nada, como allí pero sólo un plato. Intento no tirarme a por lo más pesado o grasiento, pero suelo comer un poco de todo que no esté rezumando salsas. Un trocito de pan, como tres deditos o así de una barra de pan integral. Un café con sacarina o con muy poca azúcar si es de máquina y voilá, ya he comido.

Desde hace una semana estoy intentando merendar un plátano o una barrita de dieta de las de 150 calorías para no salir a las 6 ó las 7 de currar con el estómago tremendamente vacío, ya que como un poco antes de las 2 de la tarde.

Y la cena pues depende de los días .Si estoy en casa una ensaladita con un yogurt o si estoy fuera de casa pues un par de canapés lo más ligeritos posibles y mi vinito blanco.

Antes de irme a la cama he tomado por costumbre beberme un vaso de leche desnatada. No me digáis por qué pero me ayuda a conciliar mejor el sueño y me evita los ardores de estómago de antaño, sobre todo si he cenado antes de las 10 de la noche o muy poquito.

Como digo, intento ir al gimnasio lo más que puedo. Esta semana no ando muy fina porque el martes me hicieron una biopsia y tengo que intentar no ser muy brusca, así que no puedo meterme toda la caña que yo quisiera. Pero a partir del fin de semana que ya habrá cicatrizado el tema, pues a tope.

Aunque me peso todos los días (y bueno, confieso que dos o más veces al día para saber qué desaguisado he hecho comiendo alguna cosa inconveniente) lo cierto es que sólo estoy teniendo en cuenta el peso de los lunes por la mañana que hasta ahora va siendo: 79'5 --78'2 -- 77'2 . Hoy anda por 76'9

Desde el día 1 de agosto he estado tomando estrógenos en cantidades astronómicas y desde el día 12 de agosto idem de progesterona, por eso no he bajado este lunes tanto como entre la primera y segunda semana, porque otra explicación no encuentro si me he entrenado a fondo y me he portado superbien.

Desde ayer estoy sin hormonas, y dentro de unos días empezaré a tomar anticonceptivos recomendados por el ginecólogo, el yasmín, que se supone que tiene propiedades diuréticas. Eso espero. Iremos viendo.

Hoy también voy a ver a una persona especialista en temas de tiroides, a ver qué me dice.

Wednesday, August 20, 2014

El peligro de las grasas trans, el azúcar y los aditivos adictivos

Se dice que la sociedad occidental adolece de la llamada "enfermedad dulce". Tomamos demasiados dulces y en general, demasiados hidratos de carbono. Hace miles de años nuestros antepasados comían carne, pescado, cereales y legumbres.

Aunque no es este el sitio adecuado, hay tesis que relacionan el aumento de cánceres en nuestros días con el aumento de azúcar y alimentos refinados.

Si nos paramos a pensar en nuestros antepasados, y no voy a mencionar a Don Pelayo o Viriato, sino nuestros bisabuelos, por ejemplo, los dulces eran algo excepcional que solo se tomaba en celebraciones muy puntuales y como premio por algo puntual.

Ningún niño de comienzos de siglo se atiborraba para desayunar de bollos de chocolate trans ni estaba todo el día picoteando.

Se puede uno creer falsamente que el azúcar sólo se esconde en los dulces, pero no es así. Quizás hay más dulce en total en el resto de cosas que no creeríamos que son dulces.

Os pongo una lista a modo de ejemplo, seguro que hay mucho más azúcar escondido: Ketchup, latas de conservas de vegetales, tomate frito (para reducir la acidez), salsa barbacoa (usa remolacha dulce de base), refrescos comerciales (hasta la tónica a pesar de su sabor amargo tiene mucho azúcar), pan (envasado, no la barra de toda la vida), embutidos (sí amigos, los procesados tienen azúcar y hasta fécula de patata), pizza, hamburguesas, purés, latas de comida preparada, precocinados, yogures, cereales, etc.  Aparece escondida con nombre que terminan en -osa: Glucosa, Sacarosa, fructosa, maltosa, dextrosa, etc.

¿Qué hacer ante todo esto? Algunos trucos para quitarse el azúcar escondido:

1.- No comer pan envasado. Es preferible comprar una barra de pan integral de panadería y meter en bolsitas al congelador porciones. Luego se pueden descongelar con un poco de cuidado. No están igual de gustosas pero nos habremos quitado mucho azúcar.

2.- No comprar salsas comerciales, hacerlas nosotros caseras y guardarlas unos días en la nevera (excepto la mayonesa que el huevo es muy peligroso).

3.- Aliñar lan ensaladas con aceite y vinagre de toda la vida. Se puede usar aceite en spray, pero nunca vinagreta ya prepada, lleva azúcar a tuttiplen.

4.- Reducir el número de conservas vegetales, sobre todo las que más azúcar usan como el maíz.

5.- Reducir o evitar las hamburguesas ya preparadas y usar carne picada estándar o incluso pedir que nos piquen magro de buey, etc.

6.- No comer pizza ni comida rápida.

7.- No beber refrescos. El agua, el té y la leche son muy ricos y refrescan igual o más que cualquier porquería de lata.

8.- Mirar bien los yogures edulcorados y similares. Si se duda de la osa que llevan, mejor un yogurt natural de los de siempre y se pueden endulzar con sacarina líquida. Mejor aún si se toman sin nada. Por cierto, a mí me chifla la salsa griega de yogurt (satsiki), pega con muchas ensaladas y está de vicio.

9.- Limitar el consumo de alcohol. Como ya os dije, si tenéis un evento social y os pierde tomar algo, un vinito verdejo es la solución óptima.

10.- Mejor el jamón serrano que el jamón de york. El serrano está como está, el york lleva Dios sabe qué cosa.

11.- Archiprohibidísimas las salchichas. Yo creo que echan ahí todos los desperdicios de las fábricas de alimentación.

12.- Los cereales de avena o de lo que sea mejor ecológicos sin azúcar ni aditivos.


Pero, ¿ya está todo quitándose el azúcar escondido? No. Todavía hay más: Las grasas trans.

Todavía me carcajeo con un episodio de los Simpsons donde el pueblo de Springfield cae bajo la adicción a las grasas trans como si fueran adictos al crack.

Y no le falta algo de razón: Las grasas trans (las que aparecen bajo nombres engañosos como parcialmente hidrogenadas, grasas vegetales huérfanas de nombre, aceite de palma o de coco) son terriblemente adictiva. ¿Quién no ha ido una tarde a un burguer famoso y a la noche está pensando en volver a por más de esa "hamburguesa que tiene algo que engancha"? La grasa trans es sabrosa, da buen sabor a la comida, tanto que nos engancha por completo.

Y lo peor es que es nefasta para la salud, venenosa si se toma asiduamente.

Además de en la comida rápida de las grandes cadenas, se puede encontrar en lo que compramos en el súper. Hay que mirar la etiqueta. A modo general hay que huir de:

- Bollería industrial (todo lo que va en plástico vaya).
- Precocinados (los rebozados, con salsas, etc.)
- Aperitivos (patatas, cortezas, etc.)
- Salsas y cremas untables (de esas que vienen en tarrinas o frascos y que son tan ricas, vaya).
- Algunas margarinas y mantequillas.
- Galletas, cereales (ver la caja mejor antes de comprarlos).
- Chocolates que no sean puros.

Por último, están los aditivos alimentarios. Si explicáramos realmente lo que es cada cosa, más de uno se moriría del puro asquito. El E-120 sin ir más lejos se obtiene a partir de la cochinilla, un insecto asqueroso, y da el color rojizo a muchos alimentos. Ahora vaís todos derechitos a ver con qué han coloreado vuestra salsa de tomate de hoy, ja,ja,ja,ja.

Pero me preocupa más el Glutamato Monosódico, a mí me produce granos y urticaria. Desde que evito la comida china y productos en bolsa sospechosos ha mejorado mucho mi rebelde acné.

Las grandes cadenas comerciales abusan del glutamato porque mejora el sabor de la comida y hace que nos decantemos por sus productos. Y no tienen en cuenta nuestro organismo.

¿Dónde se suele echar más de este aditivo? Es difícil decirlo pero generalmente en:

- Comida precocinada, sobre todo en las cosas que van en sobres o en cosas de levantar la tapa y ya está.

- Aperitivos, sopas, cubitos de caldo o caldos ya preparados.
- Comida china industrial ( y bueno, en algunos chinos también lo usan).
- Condimentos para echar al arroz o la pasta (esos que no son los tradicionales sino que viene ya hechos).
- Salchichas y embutidos procesados en general.

¿Cuál es mi consejo?

Si queréis hacer bien una dieta, hay que cocinar en casa, no va a quedar más remedio. Hay que tener tiempo. Además de disciplina y entusiasmo, hay que tener tiempo: Para ir al gim, para andar, para hacer las cinco comidas, para cocina...

Menos mal que dentro de nada voy a tener más tiempo libre como os comenté. De momento he introducido cambios en mis hábitos y aunque sé que será difícil librarme de porquerías, al menos purgar un 50%

En el siguiente post os pongo algunas recetas para hacer al microondas que cumplen estos preceptos.


Caminar, el ejercicio tan olvidado

Es curioso que, habiendo cada vez más gente que va al gimnasio, hay cada vez menos gente que camine.

De pequeñita iba andando al cole (al principio no estaba muy lejos pero luego el instituto lo tenía a más de dos kilómetros y hacía jornada partida, o sea 8 viajes al día), y también iba andando a hacer los recados que me mandaban (sí, con diez años iba a la panadería, frutería, papelería, etc. solita y andando). Y los fines de semana, aunque mis padres no eran de hacer deporte (no les vi jamás), sí que eran de darse un buen paseo y nos llevaban con ellos. Vale que al final acabábamos en algún barucho tomando un refresco lleno de azúcar y de gas, pero habíamos andado antes un montón.

La gente ahora ha perdido la costumbre totalmente. Tienen los pies completamente vírgenes y cogen el coche para cualquier recado que implique andar más de doscientos metros. ¿Nos hemos vuelto vagos redomados?

Y luego van al gimnasio. Y no digo hacen deporte en el gimnasio porque veo a más de uno/una hacer como que hacen deporte pero lo que suelen hacer es vida social en el gimnasio. A lo más echar un partidito de pádel a la semana. Y después a atracarse de cervezas y tapitas. Un fiasco.

No sé si os he comentado que también mi marido se ha puesto a dieta porque le sobran así como veinte kilitos. Y una de las actividades que más hacemos juntos es caminar. Sí, caminar y caminar, varios kilómetros.

Entre diario es difícil, cuando llego a casa ya es tarde o él está destrozado literalmente. Y además, hay que preparar cenas y hacer tareas domésticas. Pero los fines de semana nos hemos prometido que, si vamos a hacer alguna comida fuera, hay que pagar peaje caminando.

Además, yo por mi cuenta por las mañanas voy a la parada de autobús que me lleva a mi trabajo caminando un kilómetro y pico, lo que son quince minutos. Y por las tardes cuando salgo intento hacer el mayor número de recados caminando total o parcialmente, dependiendo de la prisa y la distancia de los sitios. Total que al día camino un mínimo de dos kilómetros, eso sin contar con el gimnasio.

Me preguntaba el monitor de mi nuevo gimnasio por mis hábitos, y uno de ellos era éste, si caminaba y cuánto. Yo le dije que dos kilómetros. El me preguntó que si a la semana. No, le dije, al día, y eso como mínimo. El chico se quedó atónito. Me respondió que ciertamente tenía un problema de metabolismo si andando tanto y comiendo poco seguía engordando. Obviamente lo tengo, se llama engordamiento por exceso de hormonas. Y la prueba está en que ayer tras la biopsia de útero me dijeron que podía dejar los suplementazos de hormonas y sin hacer deporte siquiera he bajado cuatrocientos gramos de un día para otro.

En cualquier caso y sin desvariar, la pereza es la madre de todos los vicios y de todos los problemas de salud. Una persona que no es capaz de caminar doscientos metros a por el pan tiene un problema serio de vaguería y de nada le van a servir las dietas, el gimnasio o la última píldora devoragrasas.

Tuesday, August 19, 2014

La temida grasa abdominal

Por más que lo intento, lo que no consigo bajar en condiciones es la grasa del abdomen. Bueno, más que una grasa fatua parece un embarazo de cinco meses encastrado alrededor de mi ombligo, con ganas de resistirse a las dietas, los gimnasios y cuanto esfuerzo haga por bajar esa grasa.

He andado indagando estos días atrás y he encontrado opiniones sobre por qué y cómo se forma esa grasa rollitos que se forma poco a poco desde los 35 y acaba por convertir tu figura de joven esbelta en poco más que figura de chusco de pan sin cintura desde los 45.

Una explicación razonable parece la que algunos expertos indican sobre la bajada de la testosterona, y sobre todo de la precursora de las hormonas sexuales, la hormona DHEA. Esta hormona también tiene relación con la gestión de la insulina.

Hay un estudio: http://www.fundaciondiabetes.org/adjuntos/11_2004%5C61.pdf, que indica que el descenso de esta hormona que ocurre en la edad adulta potencia el descenso de las hormonas sexuales y el aumento de la probabilidad de sufrir diabetes, todo ello abundando en mayor grasa abdominal.

Bien, si te baja la DHEA es más probable que no tengas el vientre plano más que haciendo dos mil abdominales al día. Pero, ¿lo recíproco sería cierto? Es decir, si tengo vientre plano, ¿Seré más joven? Esto es quizás lo que promueve el método Pilates, centrar el poder energético del cuerpo en el ombligo literalmente. Si puedes controlar tu barriga y pelvis, dominarás el mundo.

Bien, vamos a ver más información sobre este asunto. A mí me gustaría conservarme jovencita el mayor tiempo posible, más que nada porque si voy a intentar ser madre casi con cincuenta años, energías y forma física voy a necesitar a raudales. Además, no me gustaría que le preguntaran a mi futuro hijo si esa que viene a recogerle al cole es su madre o su abuela.

La DHEA es ilegal en España y aunque fuera legal, hay contraindicaciones y parece que como mejor funciona es cuando la produce el cuerpo. Precursores son el ñame( una especie de boniato) y la soja, pero deben ser metabolizados en DHEA.

El caso es que esta hormona la fabrican las glándulas suprarrenales como tantas otras como el cortisol o la aldosterona. El cortisol es la hormona que se fabrica para hacer frente al estrés. Luego, una cosa que se puede hacer para dejar más hueco para fabricar DHEA es dejar de fabricar tanto cortisol mediante el alivio del estrés. Para ello hay que descansar bien y practicar deportes relajantes de vez en cuando.

Y en cuanto al deporte, 45 minutos de ejercio aérobico parece que son más efectivos para reducir barriguilla que el hacer abdominales a cascoporro.

Pero sigo indagando. Parece ser que para tener el vientre plano, aparte de hacer ejercicio aeróbico hay que controlar los niveles de insulina en sangre (y obviamente de glucosa). Yo tomo metformina por indicación del médico, pero la metformina no te hace nada más que ponerte con el vientre hinchado hasta rabiar si sólo comes dulces y porquerías. Hace trabajar un montón a tu hígado y páncreas tanta porquería y estos órganos se inflaman, causando una hinchazón permanente de esos órganos alrededor de la cintura. Así que si queréis darle unas vacaciones a estos órganos:

- Dieta de bajo índice glicémico (ojo, no confundir con la Dukan en la que el índice glicémico debe ser 0 o casi).
- Fibra de calidad, ni mucha ni poca, la justa y precisa. Hay que poder ir al baño todos los días, pero no siete veces al día que si fuera por los vendedores de suplementos laxantes moriríamos todos de diarrea (y entonces iríamos a comprar el Fortasec). Y de paso, ¿qué manía les ha entrado en la tele de poner todas las noches hasta la saciedad tanto anuncio de laxantes? ¿Es que de repente todos nos hemos estreñido en España?

- Y nada de bebidas con gas. Y las legumbres, mejor pasadas en puré. Hay que comerlas pero sin pasarse, sobre todo si tenemos problemas de hinchazón por las noches.

- Si notas que la leche te sienta mal (mi caso) tómala sin lactosa. O compra suplementos de enzima lactasa para poderla digerir, tanto la leche como derivados, cuando sales de casa y no sabes con qué demonios han cocinado. Por ejemplo, yo cocino el pollo al curry con leche sin lactosa y un poco de margarina pero hay restaurantes que ponen mantequilla y nata, y la diarrea ya la tengo servida.


Os iré contando mi operación barriguita, de momento parece que ha bajado un poco, al menos no me quieren ceder el asiento en el metro (se pensaban antes que estaba embarazada, del tamaño de mi barriga).

El síndrome del plato vacío

Uno de los problemas de los que nos ponemos a dieta y de pequeñitos éramos niños obedientes y nos comíamos todo lo que nos ponían por delante, es que de mayores no somos capaces de dejar restos en el plato, así estamos que reventamos.

Los motivos por los que el cerebro te incita a zampar hasta que ves que lo que hay por debajo es cerámica y para atacar a eso hacen falta dientes más duro son múltiples:

- De pequeñito pasaste mucho hambre y cuando te ponían un plato de comida no sabías a ciencia cierta cuándo ibas a encontrarte en otra como esta. (Esto tiene que ver también con el gen acaparador de Neel, del que bue ejemplo es el Hamster).

- La persona que te educaba en la comida iba con látigo y te castigaba cada vez que dejabas restos.

- Te hacían sentir mala conciencia por los niños pobres del mundo que no tenían la suerte de tener comida en su plato. Así era un auténtico pecado dejar restos de comida para la basura.

- Si dejabas restos, luego no estaban buenos para la noche, mejor comerlos cuando estaban buenos.

- Era una competición con tus hermanos/compañeros del comedor, el que más rápido comía comía más, así al final terminabas tu plato corriendo para ver si podías repetir.

El caso es que desde los 7 añitos, jamás dejas restos en el plato. Pero cuando te sobran ya 20kilos hay que hacer algo.

Si comes en casa, es obvio que el truco está en coger un plato más pequeño, o echarte menos comida en el plato. Así es más fácil comer menos sin sentirse culpable. Si la comida se puede congelar, se congela para otro día. Si no, hay que cocina menos.

El problema viene cuando se come fuera de casa. Los bares ponen animaladas de menú. Si no te puedes llevar tu tupper, es preferible buscar un sitio de medio menú o similar. Si no es así, intenta que tu primer plato sea un gazpacho o una sopita ligera (no vale la sopa castellana o la de marisco). Y de segundo pídete un filete o algo con mucha proteína. Además de que engorda menos, como es más caro, suelen poner menos cantidad.

No te pidas nunca de primero pasta o paella o cosas que sepas que podrías comerlas perfectamente de plato único. Toma siempre cosas ligeritas, sopas, gazpacho, espárragos, algún tipo de verdura ligerita. Y de segundo proteína, pescado o carne guisado en forma sencilla. Huye de la palabra salsa, estilo casero, etc. Ni que decir tiene que están vetadas las albóndigas, la lasaña, los canelones, el estofado (el casero sabemos lo que tiene, el del bar nunca), los sanjacobos, los no sé qué a la milanesa, a la villaroy, a la riojana, etc.

Y no te pidas postres, por Dios, no. Pide un cafetito o un té con sacarina y para el curro de nuevo. Y el pan, un pedacito muy pequeño vale, todo lo que sea más de eso, fuera. El pan no es demasiado calórico, pero el mojar pan en salsa ya lo creo. La salsa tiene que quedarse en el plato.

El pan, en la dieta,  es para empujar la comida escurridiza contra el tenedor o para hacer que algunos tirajos de verdura o de jamón no nos causen un atragantamiento, pero nada más.


Ah, y de bebida, agua o como mucho, una copita de vino blanco, nada más.

Yo no soy fan de la coca cola light, zero o lo que sea. No es cuestión de calorías, es cuestión de que está muy carbonatada y provoca digestiones raras, con gases y cosas que hacen que nos sintamos hinchados.  Si tomas gazpacho de primero, con un poquito de agua o vinito blanco fresquito, es más que suficiente de líquido con la comida.
Así con un poco de suerte no habrás engullido más de 900 calorías, que para una mujer a dieta es el 60% del consumo de energías del día.

Como digo, no soy partidaria de desperdiciar la comida, yo también pienso que somos afortunados por tener problemas de exceso en vez de defecto de comida. Pero aún así, si tienes que dejar comida porque te han puesto una animalada y consideras que es mucho, si puedes, compártela, pídela para llevar a casa y si no hay solución, pues déjala. Antes en el plato que en el hígado. Vale, la rima es de pena, pero la idea es literal.






You've got to Move it, Move IT

Si alguien piensa que puede adelgazar quedándose en casa comiendo solo verdura, lo lleva crudo. Vaya, me salió un chiste.

Las vacas sólo comen hierba y están muy pero que muy gorditas. Y los elefantes no digamos.

Así que comer hierba por sí solo no hace adelgazar. Hombre, siempre es mejor atiborrarse de acelgas que de pizzas cuatro quesos y la big super especial burger.

Lo que he podido comprobar siempre que me he puesto a dieta es que ninguna dieta del tipo que sea funciona bien a largo plazo SI NO SE COMPLEMENTA CON UN BUEN PLAN DE EJERCICO FÍSICO.

Y ahora voy a hacer propaganda de la señora Hemsworth: Hay que moverse bien, no vale con apuntarse al gimnasio para ir a leer el periódico o ver la tele sobre una bici estática para abuelitos.

Así que para adelgazar no vale apuntarse a yoga, a pilates, a taichí o a meditación trascendental. Lo siento pero es así.

¿Significa eso que esos deportes mencionados (bueno, el yoga es una filosofía, me refiero a las asanas del hatha yoga) no valen para nada? Erróneo. Valen y mucho, pero complementados con un buen plan de ejercicios quemagrasas y generadores del músculo.

Os cuento mi plan de ejercicios que me funcionan:

Cardio = bici estática clásica (la de sillín incómodo), elíptica (suave), steppers  o cinta de correr.

Día 1 (lunes pongamos): Como estoy agotada del finde, hago cardio (1h aprox) y luego 15' de abdominales, estiramientos, etc.

Día 2: Tonificación general: 1h de pilates, 40' de cardio, 5' de estiramientos (de las piernas y lumbares que sufren más con las máquinas de cardio).

Día 3: Completo: 15' de elíptica (no vale cualquier otra). Pulsaciones a 135 mínimo. Luego ronda de aparatos, en mi caso: Pectoral, hombro, dorsal, gemelos, cuádriceps, abdominales, lumbares. 3 series de 15 con cada una, descansando unos 30 seg entre series. En total más o menos 45 minutos. A continuación: Cardio, 30 minutitos. 15' de estiramientos (de todo lo trabajado). Total: 1'5h más intermedios para ir al baño, beber agua, etc. 2h en el gim aproximadamente.

Dia 4: Como el 1 ó 2 según lo molida que esté. A veces cambio pilates por bodybalance (una mezcla de estiramientos combinados de pilates, yoga, etc.).

Día 5: Si no estoy muy rota, de nuevo como el día 3. Si estoy muy deslomada o tengo poco tiempo, como el día 2.

Día 6: Si el día 5 he estado vaga, de este día no pasa que repita como el 3. Si me porté bien el día anterior, este como el día 1.

Día 7: Descanso. Si el Todopoderoso necesitó un día de descanso, creo que yo también. Aprovecho ese día para hacer recaditos o quedar con amigos.

Y bueno, de momento y con una dieta razonable he perdido algo más de 2 kilos en dos semanas que llevo a dieta. Así que llevo buen ritmo.

No todo va a ser disciplina. El otro día pequé con un bocadillín de calamares y un mojito. El bocadillo estaba increíble, merecía la pena. Pero por la mañana en previsión de que la noche era de salida con amigos e iba a pecar, me pegué una sesión tipo día 3 bien pero que bien dura. Y lo completé al día siguiente con algo de piscinita.

Hoy estoy en mi día 7, por eso aprovecho para escribir este post.

Thursday, August 14, 2014

La falacia de desayunar mucho, comer poco y cenar muy poquito

La gente que suelta estos consejos piensa en gente como camioneros, bomberos, trabajadores del metal y todos seres diurnos y con actividad física desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde.

Básicamente, lo que habría que decir es dos consejos fundamentales:

1.- Haz la comida más fuerte del día 4 horas antes de hacer la actividad más fuerte de la jornada.

2.- No comas fuerte antes de dormir y sobre todo, lo más ligero posible las cuatro horas antes de irte a la cama.

Lo malo del punto 2 es que a veces llegamos a casa una hora antes de la hora de dormir. ¿Motivo? Horario de trabajo excesivo por el maldito pico de trabajo enorme que llega a las cinco de la tarde. O bien una clase que acaba a las diez de la noche, o un viaje de trabajo, etc.

Se junta aquí un peligro horroroso, a saber:

Por un lado, hace mil horas que comiste.

Por otro lado, te vas a ir a la cama en breve porque estás que te caes.

Si no comes antes de irte a la cama, no podrás dormir porque el estómago no te dejará en paz. Pero si comes con el ansia que llevas, sabes que vas a devorar sin parar.

¿Qué hacer entonces? Porque, en un mundo ideal, todo el mundo llegaría a casa del trabajo a las seis de la tarde, merendaría bien, saldría al gimnasio y luego un vasito de leche con una galletita a las nueve y a las doce a dormir.

Vale, pero no estamos en un mundo ideal, entiéndalo, señores capullos que diseñan dietas imposibles de seguir por culpa de los tiempos modernos que vivimos con horarios larguísimos.

¿Qué hago si llego de trabajar hambriento/a a las once de la noche?

Bien, supongamos que mi jefe no me ha dejado levantar la vista del ordenador desde que comí a las dos de la tarde y me he escapado a las diez de la oficina.

Lo primero que tenía que haber hecho es ir directa a comprar algo de comida, pero sé que eso significará comer cosas no saludables, puesto que a las diez de la noche no voy a encontrar un supermercado abierto. ¿o sí? Quién sabe.

El caso es que ya la he liado, estoy hipoglucémica perdida y en cuanto empiece a cenar la voy a liar parda, más si cabe si estoy en casita, con acceso ilimitado a comida.

Si no tienes que llegar a casa temprano para acostar niños o cualquier otra obligación como en mi caso estudiar para una oposición (que es lo que me pasaba el invierno pasado), haz la siguiente reflexión:

- Dirígete a un restaurante o sitio donde sepas que vas a pedir comida razonablemente sana. Yo opto por el bar al lado de mi casa, y suelo pedir algo que suele ser un sandwich. Vale, lo ponen con ingredientes y salsas que me van a arruinar la dieta. Pero no del todo, porque te comes el sandwich y no pedirás otro más.

-Intenta charlar con alguien mientras te comes lo que has pedido, a poder ser de por qué saliste tarde, etc.

- Puedes aprovechar, ya que es tarde, a quedar con algún amigo disponible, así matas dos pájaros de un tiro.

El caso es que terminas de cenar algo razonable. Intenta no atiborrarte. Te has metido seiscientas generosas calorías y son casi las doce de la noche. ¿Ahora qué? Pues ahora pasea, pasea, pasea  pasea mínimo media hora. Ya sé que te caes de sueño, pero es preciso, no que quemes lo que has cenado, sino que aligeres el estómago y sobre todo, des tiempo a que te suba el azúcar en sangre antes de llegar a casa, donde está el enemigo llamado nevera.

Bien, llegas a casa, ya no tienes ganas de atracar la nevera. Intenta si puedes relajarte, ver la tele o leer, hacer sudokus ( a mí me funciona). Intenta no dormirte, ni tumbarte o por lo menos no del todo. Intenta que el estómago digiera lo máximo posible de lo que has cenado. Por lo menos una hora. Sí, ya sé que son la una y que mañana te caerás de sueño. Luego bebe un vaso de leche desnatada bien fresquita (para saciar más aún) y vete a la cama.

Intenta al día siguiente ir al gim y hacer al menos veinte minutos más de cardio. Pero no hagas caso a la báscula, ese día te va a sacar tarjeta roja, pero no es real. Y si puedes, acuéstate ese día pronto y cena algo menos de lo normal, para compensar.

Y paciencia, lo digo por experiencia.

Trucos para ser sociable y no arruinar la dieta: Quedar con un amigo

Estás superconcentrado a dieta y te llama un amigo que hace mil años que no ves. Y quedas con él/ella a "tomar algo".

Bien, empecemos por el principio:

- Ya sabemos que quedar con alguien que hace que no le ves la hueva es a "tomar algo". Ahí van mis consejos:

1.- Nunca, nunca, nunca, nunca, aceptes quedar a cenar a su casa. Sobre todo si está casado y tiene niños. Te encasquetará comida hipercalórica, a buen seguro. Lo primero porque seguro que cocinan en plan rancho y van a sacar platos y platos y platos y platos y platos y más platos... Además, insistirá en que pruebes todo para alabar su capacidad culinaria.

¿Cómo escapar de una invitación a cenar a su casa? Uff, cualquier excusa, sé creativo, por Dios está en juego tu dieta de la semana, no la arruines por no ser creativo. Si vive lejos, dile que se te ha roto el coche, o que tienes que volver a casa pronto por cualquier cosa espantosa. O que tienes que hacer la maleta para irte de viaje de trabajo. Luego no digas que no te doy ideas...

2.- Una vez alejado de "su terreno" intenta llevarle al tuyo. Obviamente no le puedes llevar a tu casa y darle de cenar dos yogures 0% o perderás al amigo irremisiblemente. Tampoco te empeñes en llevarle a un macrobiótico o sitios raros sólo porque sepas que las algas están dentro de los alimentos permitidos de tu dieta. Pero tampoco se te ocurra llevarle a uno de comida rápida, ni siquiera pensando en que te vas a pedir la ensaladita. Llévale a uno en el que haya platos abundantes pero que no se puedan compartir. Huye de los bares de raciones, y de los que son pura grasa, que según que entras ya estás engordando. ¿Sugerencia buena, bonita y barata? No voy a hacer publicidad, pero hay unos sitios de esos que acumulas puntos y tienen tarjeta de fidelización. Y no, no me refiero al MaCDonnalds ni al Dunkin Donuts.

3.- Huye de: Las cadenas de bocadillos, sandwiches, hamburguesas, costillas... Sí, son baratas, lo siento. Pero conozco restaurantes asequibles por Madrid que tienen en su carta alguna verdurita o plato menos calórico.


4.- No te emborraches !!! Convence a tu amigo de tomar algún vinito blanco verdejo o cada uno su bebida y bebe entonces agua o vinito blanco. Pero no te pases, recuerda lo que dije en el tema networking, que cogerse un puntillo, aparte de que el alcohol engorda, te relaja el control sobre lo que comes, asi que si puedes, toma un par de vinitos para socializar y no estar con cara de vinagre pero nada más.

5.- Acaba pronto la velada, no te vayas de copas por Dios !!!! Y si se empeña tu amigo y te va a suponer un problemón no tomarte nada con él lucha por iros a un sitio donde haya alternativas al vil garrafón. Por ejemplo, un pub con dardos, billar, karaoke (he descubierto que cantar y comer a la vez es imposible), una bolera (y así hacéis algo de deporte), futbolín, partido de fútbol en pantalla gigante, etc. Si estás entretenido bebes menos. Lo peor son las discotecas de sonido atronador, porque como no oyes al otro, o bailas o sujetas cubata. Yo soy de bailotear, pero sólo me arriesgo si voy con semejantes, si no, te tendrás que sentar con ellos a tomarte las copitas. Mal asunto...

6.- Si tienes la inmensa suerte de tener amigo/a deportista te sugiero que quedes para: Ir a la piscina (verano), al río, a la montaña, a montar en bici o lo que sea que no sea comer. Si vas al cine, mejor a la Filmoteca o sitio sin palomitas. Porque aunque no compres, seguro que tu amigo sí y querrá compartirlas.



Trucos para ser sociable y no arruinar la dieta: El Networking, ese enemigo

Como ya he comentado antes, la principal razón por la que se rompen las dietas es porque no te dejan ser sociable.

Todas las dietas que conozco presentan una serie de menús diarios del tipo que sea, que para poder confeccionarlos tienes que haberlos elaborado en casa o en casa de alguien de confianza, bar de un amigo, llevarlo en tupper a la cantina del trabajo, etc.

Mi dieta no lleva menús tipo. Es un rollo planificar las comidas de la semana, y no sirve si en tu trabajo tienes que viajar, cenas de negocio, presentaciones con cócteles, etc. Al final tiras la toalla porque te saltas la dieta la mitad de los días de la semana.

Y el principal problema es ese, que una vez que sientes "que te has saltado la dieta" es como cuando recaes volviendo a fumar, que ya no es que ese sea un cigarrillo perdido en la inmensidad de los miles de días que no vas a fumar, es que al final acabas fumando igual que antes.

Con la dieta ocurre igual. Estás a dieta de 1.200 calorías, la de los puntos, la zona, la Dukan, el pepino, la sopa o la que se te ocurre.

Y un buen día acudes a la presentación de un nuevo producto o lo que sea de tu trabajo a las 8 de la tarde. Como has comido a las dos de la tarde y la presentación se alarga, a las diez cuando acaba estás que te desmayas. Y entonces se acaba la parte seria del evento y comienza el Networking.

Lo del Networking quiere decir que te tomas unas cañitas y tapitas de pie con unos desconocidos para que al final la comida y la bebida, unida a la charla más relajada, comiencen a crear lazos que a la larga abunden en sinergias laborales.

La idea es muy buena, pero al final pecas y, como estás muerta de hambre, te hinchas a canapés y cervecitas.

¿Hay que dejar de hacer "networking"?

No, lo que hay que hacer es vigilar el picoteo y al llegar a casa, no cenar más que un yogurt.

Si uno no picotea nada, se siente como un "triste y desgraciado a dieta". Al final cuando picotee, lo hace desmedidamente, de ahí la bulimia. Es importante no sentirse culpable por comer. A fin de cuentas, hay que comer para vivir, que parece que no nos enteramos.

Ahora bien, para no lanzarse encima de la mesa de canapés, hay que llevar encima en el bolso algún snack de dieta (barrita de sandwich o similar) que podamos comer antes de la presentación de marrás y así que no pasen más de cuatro horas entre el último bocadito y el cóctel. Esto hará que podamos contenernos un poquito.

Un canapé normalmente va a tener unas cien calorías. Y es importante tener en cuenta que la cerveza tiene un indice glicémico alto, es mejor el vinito blanco. Normalmente cuando estoy a dieta tomo vinito blanco.

Ah, ojo, un truco: Dos vinitos el máximo. No porque engorde más o menos, sino porque "con el puntillo" se pierden las inhibiciones, la de la comida una de ella. Si estás medio pedo igual no piensas tanto antes de lanzarte por el pincho de chistorra chorreante, pero si estás más o menos sobrio, te lo piensas un poco más.

Más consejos: Huye de los canapés con salsas raras. A veces demonizamos de la chistorra y luego nos metemos cada cosa que tiene más grasas todavía que el embutido de turno.

Si puedes elegir, los palitos de pan, el jamón serrano y el queso son mis preferidos para picotear. Pinchos simples, preferiblemente de carne. El pescado que dan en los cócteles suele estar muy rebozado, huye de ellos: Gambas con gabardina, cangrejo con mayonesa, bolitas de pescado, croquetas de bacalao, uff.

Come un pincho o dos para quitarte el hambre y luego intenta entablar una conversación interesante con alguien, a poder ser que esté situada lejos de la mesa del picoteo.

Y como digo, luego no cenes más que un yogurt, y según lo que te hayas pasado, al día siguiente intenta cenar más frugalmente que de costumbre, pero no te culpes. Eres un ser sociable.



Dietas y por qué fallan

Hace un mes y pico me compré un libro sobre dietas, por si alguna me revelaba algo que no supiera ya a estas alturas.

La verdad es que intentaba encontrar algo que me diese cierta ventaja sobre el "pico y pala" que van a suponer estos 200 días comiendo poquito y trabajando a fondo mi cuerpo en el gim.

Todos esperamos que haciendo algo que no sea pesado o desagradable podamos tener un cuerpo "danone".

Sinceramente os respondo: No.

Varias preguntas y respuestas:

¿Cómo puedo perder diez kilos sin esfuerzo ni hacer dieta? Cortándote una pierna, no hay otra.
¿Cómo puedo perder diez kilos haciendo dieta en menos de un mes? Siendo secuestrado por un comando yihadista y viviendo en un zulo con la angustia de ser exterminado en cualquier momento. No hay otra solución que funcione.
¿Cómo puedo perder dos kilos en menos de una semana? Haciendo uan dieta hiperproteica, como la Dukan, la Atkins, etc. Ahora bien. Si dejo de hacerla, vuelvo a recuperarla, es el efecto boomerang. A mí me pasó con la Dukan.

¿Por qué cuando dejo de hacer dieta vuelvo a recuperar el peso que he ganado? Porque comes más de lo que gastas, así de claro.

¿Cómo puedo gastar más calorías? Haciendo deporte. ¿Hay opciones alternativas? Sí, pero se consideran drogas: Anfetas, coca, etc. La tiroxina puede funcionar pero si no te hace falta porque no estás enfermo del tiroides y la tomas para adelgazar, acabarás enfermando. Y con los suplementos que activan el metabolismo, a todos les ocurre lo mismo. La única manera de hacer que tu cuerpo gaste más es moviéndote. Lo siento amigos míos pero es lo que hay.

¿Adelgaza la dieta de la alcachofa? No, pero estás todo el día meando, así que es posible que si te pesas cuando has meado dos litros creas que has adelgazado dos kilos, pero no es real. Igualmente, las modelos de pasarela beben dos litros de agua antes de pesarse o comen pañuelos de papel, todo sea porque no las descarten por anorexia.

Así que para perder peso hay que darle al pico y la pala. No hay otra. Y lo peor de todo, es que pasados estos doscientos días, el resto de mi vida tendré que seguir así. Vale que podré comer algo más o saltarme algún día el gimnasio. Pero en cuanto flojee tracatá, otra vez a engordar.

Las dietas, sean las que sean, requieren fuerza de voluntad, pero no obsesión, esto es como dejar de fumar, si piensas todo el rato en que están dejando de fumar, te entra enseguida ganas y cada vez más. Es mejor que alejes de tu mente que estás a dieta.

Lo malo es que el mundo está lleno de comida y de bebida. Esto es peor que el tabaco, porque cada vez se fuma menos y no se asocia con celebraciones (bueno, cada vez menos).

Ejemplos de lo que digo:

1.- Quedas con un amigo que hace tiempo que no ves. ¿Dónde quedas? ¿En una biblioteca para leer juntos La Insoportable Levedad del Ser? ¿En la peluquería para cortaros juntos el pelo? ¿En el parque para correr 5km? No, quedáis en el bar, para tomar unas cervezas, que vendrán con tapitas. Y a las cervecitas es posible que le sigan los cubatitas o una cena copiosa. El reencuentro con tu amigo arruinará la dieta de 3 días enteros.

2.- ¿Celebras tu cumpleaños? ¿Dónde? ¿En una piscina de bolas como cuando tenías 5 añitos? Nooo. Con un tarta enorme de chocolate (eso si es en casa). Si es fuera, ver el punto anterior.

3.- ¿Celebras que has aprobado un examen importante? Ver punto 1.

4.- ¿Te casas o se casa un amigo tuyo ? Entonces hay un banquete de cinco platos, barra libre. Si eres el novio/novia además te vas una semana a tumbarte en la playita bebiendo mojitos o cocolocos, llenos de azúcar hasta las orejas.

5.- ¿Te vas de vacaciones a la playa? Pues entonces, salvo que seas un culo inquieto como yo, la hora de remojo en la que pierdes trescientas calorías la recuperas al primer cóctel en la discoteca de moda. Si además eres de los que en vacaciones come su buena paella o mariscada, date ya por sentenciado.


Ergo, ser sociable y salir de la rutina de la vida, significa un wiwiwiwi en tu dieta.

¿Significa eso que tengo que vivir como un ermitaño o una monja de clausura comiendo lentejitas todos los días y cavando en la huerta? Noooooooo.

Próximo post, mis trucos.

Presentación

He decidido comenzar este blog para ayudar a otros y otras que, como yo, lleven años luchando contra los kilos de más contra viento y marea.

Me presento:

No voy a dar mi nombre real, pongamos que me llamo Lisbeth, por aquello de que mi profesión guarda cierta similitud con la de la famosa Lisbeth de la trilogía de Milennium.

Tengo 45 años recién cumplidos. Trabajo de consultora informática en temas de seguridad. No voy a dar mucha información sobre mi trabajo, sólo decir que llevo varios años en los que se combina el factor "muchas/muchísimas horas delante del ordenador" con el factor "estrés crónico con picos agudos de estrés excesivo".

Mi peso actual es de 78,5 kilos y llevo desde el día 4 de agosto a dieta y haciendo deporte.

Vivo en pareja y mido aproximadamente 1'65 kilos. No he tenido hijos pero desde hace 6 años lucho denodadamente por quedarme embarazada, lo que me ha llevado a pasar por innumerables tratamientos, pruebas y toda suerte de experimentos para combatir la infertilidad. Además, he sufrido dos abortos, uno recientemente en el mes de mayo.

Justamente mis problemas de peso arrancan en el año 2008, ya que antes tenía desde que cumplí los 15 años un peso muy estable con pocas oscilaciones. Siempre andaba entre los 52 y los 56 kilos. Algunas temporadas de estrés máximo, como me ocurrió en la recta final de la carrera me llevó a bajar hasta los 49 kilos y luego algunos años el cambio de trabajo, viajes, etc. hacía que cogiese algunos kilos. Pero nunca había superado los 60 kilos. Vamos, de nunca, nunca ,nunca... Hasta marzo del 2008, dos meses después de dejar de tomar la píldora.

Sí, he estado tomando la píldora sin más descansos que la semana de rigor mensual desde los 23 años hasta los casi 39. 16 años, y no he engordado.

No sé si fue dejar la píldora, el cambio de empresa del año 2007 (en la que actualmente estoy, aunque me voy en menos de un mes) o qué ha sido, que de pronto empecé a engordar.

He aquí el resumen de mis últimos años hasta ahora:



Hay picos hacia abajo y hacia arriba, eso son los intentos denodados mediante dieta extrema y/o combinados con ejercico que he intentado, a saber:

A primeros del 2009, visité un endocrino. Me puso una dieta de 1500 calorías más o menos equilibrada y con una hora de ejercicio al día. Al principio funcionó, pero luego tuve que dejarla porque en el trabajo empecé a tener complicaciones y a salir a las diez de la noche, así que a tomar por saco todo...

De mediados a finales del 2010 empecé con tratamientos de fertilidad fuertes y llegué a los 74 kilos. A primeros del 2011 estaba tan desesperada que comencé la dieta Dukan, y bajé hasta los 62 kilos. Toda una proeza pero en cuanto dejé la dieta empecé a engordar. Bueno, eso y que rompí con la pareja de entonces y empecé a ir a clase los fines de semana que es cuando podía dedicarle tiempo a la semana a hacer deporte, porque en el trabajo las cosas seguían fuertes ....

En diciembre del 2011 sufrí además un aborto y luego ya todo fue un desastre hasta que en junio del 2012 un médico me recetó metformina, que sigo tomando. Eso y que volví a apuntarme al gimnasio, aprovechando el verano. Y conseguí bajar algo de peso, pero no mucho, porque en septiembre otra invitro y operaciones subsiguientes sobre el útero supusieron un parón en mi plan de ir al gimnasio todo los días.

Al final Llegué a mi boda en abril del 2013 con 73 kilos, que ya eran muchos. Durante el verano nueva invitro y más kilos. Pero en septiembre vuelta que te vuelta al gimnasio conseguí perder cinco kilos, bajando hasta 69. Pero entonces surgió el tema oposición, empecé flojito, combinándolo con el gimnasio, pero a medida que iba aprobando exámenes la cosa se ponía más difícil. Eso y que en febrero del 2014 cerraron el gimnasio. Entonces ya la cosa se disparó hasta los casi 80 kilos del mes de julio, tras las celebraciones de haber aprobado en junio. Eso y que en mayo estuve dos semanas de reposo abosulto y otras tantas de reposo relativo por un aborto inesperado.

Total, y en resumen, que he sufrido avatares importantes en mi vida y al final he llegado a pesar 24 kilos más que cuando tenía 35 años. Así que me he dicho: Basta.

Dispongo de 200 días para sanear mi cuerpo y eliminar los rollitos, la barriga gaita y la papada que me ponen años de más a pesar de no tener patas de gallo.

Si lo consigo este blog dará testimonio de mi proeza. Os iré contando el plan. De momento el plan es dieta de 1500 calorías y entre una y dos horas de gimnasio al día, todos los días de la semana, descansando sólo si hay alguna buena razón, nunca por cansancio.