Wednesday, August 20, 2014

El peligro de las grasas trans, el azúcar y los aditivos adictivos

Se dice que la sociedad occidental adolece de la llamada "enfermedad dulce". Tomamos demasiados dulces y en general, demasiados hidratos de carbono. Hace miles de años nuestros antepasados comían carne, pescado, cereales y legumbres.

Aunque no es este el sitio adecuado, hay tesis que relacionan el aumento de cánceres en nuestros días con el aumento de azúcar y alimentos refinados.

Si nos paramos a pensar en nuestros antepasados, y no voy a mencionar a Don Pelayo o Viriato, sino nuestros bisabuelos, por ejemplo, los dulces eran algo excepcional que solo se tomaba en celebraciones muy puntuales y como premio por algo puntual.

Ningún niño de comienzos de siglo se atiborraba para desayunar de bollos de chocolate trans ni estaba todo el día picoteando.

Se puede uno creer falsamente que el azúcar sólo se esconde en los dulces, pero no es así. Quizás hay más dulce en total en el resto de cosas que no creeríamos que son dulces.

Os pongo una lista a modo de ejemplo, seguro que hay mucho más azúcar escondido: Ketchup, latas de conservas de vegetales, tomate frito (para reducir la acidez), salsa barbacoa (usa remolacha dulce de base), refrescos comerciales (hasta la tónica a pesar de su sabor amargo tiene mucho azúcar), pan (envasado, no la barra de toda la vida), embutidos (sí amigos, los procesados tienen azúcar y hasta fécula de patata), pizza, hamburguesas, purés, latas de comida preparada, precocinados, yogures, cereales, etc.  Aparece escondida con nombre que terminan en -osa: Glucosa, Sacarosa, fructosa, maltosa, dextrosa, etc.

¿Qué hacer ante todo esto? Algunos trucos para quitarse el azúcar escondido:

1.- No comer pan envasado. Es preferible comprar una barra de pan integral de panadería y meter en bolsitas al congelador porciones. Luego se pueden descongelar con un poco de cuidado. No están igual de gustosas pero nos habremos quitado mucho azúcar.

2.- No comprar salsas comerciales, hacerlas nosotros caseras y guardarlas unos días en la nevera (excepto la mayonesa que el huevo es muy peligroso).

3.- Aliñar lan ensaladas con aceite y vinagre de toda la vida. Se puede usar aceite en spray, pero nunca vinagreta ya prepada, lleva azúcar a tuttiplen.

4.- Reducir el número de conservas vegetales, sobre todo las que más azúcar usan como el maíz.

5.- Reducir o evitar las hamburguesas ya preparadas y usar carne picada estándar o incluso pedir que nos piquen magro de buey, etc.

6.- No comer pizza ni comida rápida.

7.- No beber refrescos. El agua, el té y la leche son muy ricos y refrescan igual o más que cualquier porquería de lata.

8.- Mirar bien los yogures edulcorados y similares. Si se duda de la osa que llevan, mejor un yogurt natural de los de siempre y se pueden endulzar con sacarina líquida. Mejor aún si se toman sin nada. Por cierto, a mí me chifla la salsa griega de yogurt (satsiki), pega con muchas ensaladas y está de vicio.

9.- Limitar el consumo de alcohol. Como ya os dije, si tenéis un evento social y os pierde tomar algo, un vinito verdejo es la solución óptima.

10.- Mejor el jamón serrano que el jamón de york. El serrano está como está, el york lleva Dios sabe qué cosa.

11.- Archiprohibidísimas las salchichas. Yo creo que echan ahí todos los desperdicios de las fábricas de alimentación.

12.- Los cereales de avena o de lo que sea mejor ecológicos sin azúcar ni aditivos.


Pero, ¿ya está todo quitándose el azúcar escondido? No. Todavía hay más: Las grasas trans.

Todavía me carcajeo con un episodio de los Simpsons donde el pueblo de Springfield cae bajo la adicción a las grasas trans como si fueran adictos al crack.

Y no le falta algo de razón: Las grasas trans (las que aparecen bajo nombres engañosos como parcialmente hidrogenadas, grasas vegetales huérfanas de nombre, aceite de palma o de coco) son terriblemente adictiva. ¿Quién no ha ido una tarde a un burguer famoso y a la noche está pensando en volver a por más de esa "hamburguesa que tiene algo que engancha"? La grasa trans es sabrosa, da buen sabor a la comida, tanto que nos engancha por completo.

Y lo peor es que es nefasta para la salud, venenosa si se toma asiduamente.

Además de en la comida rápida de las grandes cadenas, se puede encontrar en lo que compramos en el súper. Hay que mirar la etiqueta. A modo general hay que huir de:

- Bollería industrial (todo lo que va en plástico vaya).
- Precocinados (los rebozados, con salsas, etc.)
- Aperitivos (patatas, cortezas, etc.)
- Salsas y cremas untables (de esas que vienen en tarrinas o frascos y que son tan ricas, vaya).
- Algunas margarinas y mantequillas.
- Galletas, cereales (ver la caja mejor antes de comprarlos).
- Chocolates que no sean puros.

Por último, están los aditivos alimentarios. Si explicáramos realmente lo que es cada cosa, más de uno se moriría del puro asquito. El E-120 sin ir más lejos se obtiene a partir de la cochinilla, un insecto asqueroso, y da el color rojizo a muchos alimentos. Ahora vaís todos derechitos a ver con qué han coloreado vuestra salsa de tomate de hoy, ja,ja,ja,ja.

Pero me preocupa más el Glutamato Monosódico, a mí me produce granos y urticaria. Desde que evito la comida china y productos en bolsa sospechosos ha mejorado mucho mi rebelde acné.

Las grandes cadenas comerciales abusan del glutamato porque mejora el sabor de la comida y hace que nos decantemos por sus productos. Y no tienen en cuenta nuestro organismo.

¿Dónde se suele echar más de este aditivo? Es difícil decirlo pero generalmente en:

- Comida precocinada, sobre todo en las cosas que van en sobres o en cosas de levantar la tapa y ya está.

- Aperitivos, sopas, cubitos de caldo o caldos ya preparados.
- Comida china industrial ( y bueno, en algunos chinos también lo usan).
- Condimentos para echar al arroz o la pasta (esos que no son los tradicionales sino que viene ya hechos).
- Salchichas y embutidos procesados en general.

¿Cuál es mi consejo?

Si queréis hacer bien una dieta, hay que cocinar en casa, no va a quedar más remedio. Hay que tener tiempo. Además de disciplina y entusiasmo, hay que tener tiempo: Para ir al gim, para andar, para hacer las cinco comidas, para cocina...

Menos mal que dentro de nada voy a tener más tiempo libre como os comenté. De momento he introducido cambios en mis hábitos y aunque sé que será difícil librarme de porquerías, al menos purgar un 50%

En el siguiente post os pongo algunas recetas para hacer al microondas que cumplen estos preceptos.


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