Thursday, August 28, 2014

¿Comes en familia, delante de la tele, picoteas o devoras?

Esta mediodía me he dado cuenta de que, a veces, como un poco deprisa, aunque el record se lo lleva mi marido.

Para adelgazar hay que comer despacio. No hace falta masticar 32 veces cada bocado como recomendaba Mary Poppins pero sí dedicarle al menos 30 minutos a la tarea de comer al mediodía, si esa es la comida del día que más fuerte haces, que además es lo más recomendable si trabajas en turno de mañana y tarde como es mi caso.

Hay muchos problemas derivados de comer deprisa, con ansia vaya. Voy a enumerar unos cuantos:

- Tragas más aire. Problemas de gases, hipos, ardores ...
- Los alimentos no hacen bien el bolo necesario, hay más riesgo de atragantamiento.
- La saliva contiene enzimas para predigerir ciertos alimentos, sobre todo los carbohidratos de tipo almidón, que son parte de los que nos hacen engordar si no los digerimos bien.
- Comer rápido hace que necesites comer más cantidad de comida hasta que el cerebro sienta que "está lleno". Al final cuando da la orden acabas estando no lleno, sino repleto. Comiendo más despacio la orden llega cuando tiene que llegar, es decir: Cuando has comido la cantidad necesaria.

Así pues, es preciso, siempre que se pueda comer al menos sentados a una mesa, con un tiempo de 30 minutos y haciendo pequeños descansos entre grupos de bocados. Yo aconsejo la sana y antigua costumbre de conversar en la comida. A veces pienso que la dieta mediterránea no funciona por las lechugas, los tomates, las lentejas o el vino tinto. Yo pienso que funciona bien para estar sano porque existe la costumbre mediterránea (ya en desuso) de sentarse toda la familia alrededor de una mesa.

Parece una tontería pero analicemos qué significa comer de forma familiar en una mesa:

1.- Poner la mesa. Se tardan 5 minutos y los comensales que no sean los encargados de la cocina forman parte del rito de hacer algo por la comida familiar. De ahí la sana costumbre de acostumbrar a los niños a poner la mesa.

2.- La boca comienza ya a salivar cuando ves el pan en la mesa y los aperitivillos entorno a ella, como que la mesa tiene colorido y es la antesala de lo que vendrá.

3.-Hay que esperar a que todo el mundo esté sentado a la mesa para comenzar. Ralentiza el comienzo pero ya la boca saliva que no puede más.

4.- Se come, pero se habla, se conversa, se reposan los platos.

5.- Se recogen todos los platos pero la sobremesa sigue, un café quizás, o un postre. Una charleta tras la comida para no irse directamente a tumbarse o salir pitando, esto es beneficioso para que el estómago haga la peor parte de su trabajo sin tener que dedicarse uno a castigarse el cerebro resolviendo sudokus o irse a saltar obstáculos por la calle.

La vida moderna obviamente no sólo impone la tiranía de comer porquerías sino además, impone la costumbre de comerlas rápidamente, muy rápidamente. Comida que se engulle directamente con las manos, sin cubiertos (chocolatina, sandwich, hamburguesa, pizza) y sin hablar con nadie, a solas, igual viendo la tele sin mirar siquiera lo que comemos, nos meten dentro de la pizza una cucaracha y nos la zampamos igual pensando que eran aceitunas negras ...

El comer rápido y mal hace que nuestro cuerpo se ponga siempre en el modo "hamster". ¿Habéis visto como comen estos animalitos? Engullen y se guardan en el buche un kilo de pipas. Bárbaro.

El actuar como hamsters con la comida lleva a la obesidad de plano.

Si no puedes evitar como yo tener que comer en poco tiempo, al menos come poca comida e intenta masticar un poco y tragarla con saliva. El agua con la comida está bien, pero que nunca sustituya la función principal de la saliva que es predigerir los alimentos.

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