Wednesday, September 10, 2014

Las temidas mesetas, cómo sobreponerse.

Una cosa que ocurre cuando te pones a dieta es que, de vez en cuando, se rompe el ritmo de bajada de peso.

Unas veces ocurre porque nos hemos saltado la dieta, pero otras sencillamente porque es preciso adaptar la dieta y el gimnasio al nuevo estado del cuerpo.

En mi caso voy a confesar que la semana pasada tuve jaleos de todo tipo, laboral y de índole personal y al final sólo he podido ir tres veces al gimnasio y con ganas lo que se dice con ganas sólo una.

También he roto la dieta por problemas para cocinar o comprar comida sana y al final este domingo recurrimos a la socorrida pizza a domicilio.

Bueno, el resultado es que la báscula no ha bajado durante una semana. Afortunadamente, tampoco ha subido. Pero vamos, que las tres primeras semanas había cogido buen ritmo y la pasada ha sido como si no hubiera existido.

En este punto hay gente que tiraría la toalla. Pero no hay que hacerlo. Somos humanos y esta lucha es una guerra, y se pueden perder batallas puntualmente. Lo que hay que hacer es no repetirlo las siguientes semanas.

Otras veces ocurre que uno cree que está haciendo las cosas bien y no. Me explico: Si uno pesa 80 kg y necesita para mantener esos 80kg pongamos que 2000 cal diarias, para bajar cinco kilos basta con reducir 500 calorías de esas y hacer un consumo de 300 cal extra en el gimnasio. Así se queda un déficit de 800 cal diarias lo que viene a ser perder un kg a la semana más o menos (grasa más agua).

Pero si uno ha bajado ya a 75kg hay que volver a rediseñar la estrategia, porque ahora el metabolismo de mantener esos 75kg ya no son 2000 cal diarias sino probablemente 1850. Siguiendon con el mismo patrón anterior, el déficit ya no es de 800 cal diarias sino sólo de 650, lo cual quiere decir que van a hacer falta 10 días y no 7 para ver bajar la báscula de dígito.

Y así cuanto más bajamos de peso más cuesta bajar esos kilos residuales que nos separan de nuestro peso ideal. Tenemos varias opciones, yo aconsejo aumentar la actividad física, ya que aumentando la musculatura se aumenta el metabolismo basal. Hacer cardio ya no es suficiente, lo fue para perder esa grasa mórbida, pero para sacar la grasa que lleva décadas pegada al lomo, hay que hacer algo más que pedalear durante una hora.

Así que amigos, hay que hacer pesas. Y como os comenté, la secuencia es: Calentamiento, pesas, cardio y estiramientos. Esto hay que hacerlo como mínimo dos veces a la semana y recomendado tres.

Así que esta semana borrón y cuenta nueva, he vuelto a ir al gim más un plus de actividad por el cambio de rutina al estar en el proceso de cambio de trabajo. Ahora estoy aprovechando para hacer recados y bueno, hay que andar, y mucho. Andar es muy sano y el mejor gimnasio que hay. De nada vale como una conocida del barrio que pide al chófer que la recoja de la peluquería que está a 300 metros y luego dice que va al gimnasio. Supongo que será esos modernos de traje con cables. Qué queréis que os diga, no lo he probado pero todo lo que no suponga esfuerzo no me inspira confianza. No hay nada como sudar la camiseta para estar en forma.

Consejos prácticos para vencer la temible meseta:

1.- Anda y aumenta un poco más la actividad física.

2.- Toma algún diurético y/o laxante natural (espárragos, cola de caballo, ciruelas...)

3.- Cena algo menos y con más proteínas.

4.- Deja el vinito y esos extra que suman calorías vacías aunque sean muy pocas.

5.- Deja el pan por unos días y baja los hidratos.

6.- Toma té para estimular el metabolismo. El té rojo es bueno, el fucus también.

7.- Ojo con la sal, limítala y bebe más agua mineral (no del grifo)

8.- Duerme, descansa, a veces no dormir también engorda.

10.- Relájate para que tu metabolismo pueda actuar bien y tu intestino haga su trabajo.

Y sobre todo, mucha paciencia, son esas semanas tontas.

No comments:

Post a Comment