Saturday, August 8, 2015

Plan de choque

He prorrogado la dieta otros 200 días, en vista de que entre la operación prevista en septiembre, revisiones, etc. es más que probable que hasta diciembre o enero no vuelva a intentar quedarme embarazada.

Como no tengo muy claro lo de los doscientos días, he calculado un plan para perder unos siete kilos de aquí a finales de octubre, que son los que necesito para tener un IMC por debajo de 25, luego ya para estar como hace siete años tendría que perder otros siete kilos más, pero eso puede esperar tiempo y supeditarse a lo que ocurra con mis planes de ser madre.

Agosto es un buen mes para ponerse a dieta, si no te vas de vacaciones pero tienes tiempo libre al día para seguir un programa de ejercicios.

¿Por qué agosto es tan buen mes para adelgazar? Lo primero porque no hay eventos o reuniones que te hagan saltarte el ritmo. Hay que trabajar, claro, pero no suele haber eventos, cursos o cualquier excepción a la rutina. O, al menos, eso parece.

Ya comenté al principio de este blog, que el Networking es un enemigo de la dieta que hay que saber torear.

También agosto es el mes en el que la mayoría de amigos y parientes suelen tomarse de vacaciones, por lo que no es de esperar acumulación de cenas y celebraciones.

Como bien expliqué, los amigos son también una amenaza para nuestros propósitos.

El último enemigo (y gran enemigo) de la dieta, es la pareja. Si no consigues que se convierta en aliado, mal asunto.

En mi caso se da la feliz circunstancia de que también necesita ponerse a dieta e ir al gimnasio. Miel sobre hojuelas.

¿Cuál es mi plan de dieta entonces?

Lo primero, ajustándome a los horarios de trabajo veraniegos, aprovecharé para comer y cenar en casa todo lo que pueda. Para ello los fines de semana tendré que dejar preparada comida sana para congelar y guardar en tuppers, que pueda usar luego fácilmente en comidas o cenas.

Para cenar, tomaré mucha fruta, ya que vengo del gimnasio con mucha necesidad de agua, eso hará que tenga luego menos ganas de masticar, así que con un poquito de embutido light o un filete de pollo o pescado más que de sobra.

Dado que llego a casa muy tarde a comer, tendré que tener algo a mano para picotear. Me proveeré de barritas de dieta o lo que sea que no tenga muchas calorías y me sacie un poco para no desfallecer.

En el desayuno cereales o barritas, ni galletas ni nada que salga fuera de la norma.

Y gimnasio al menos cuatro veces a la semana. Tengo planificado por lo menos cinco pero bueno, veremos a ver.

En cuanto a las temidas vacaciones, este mes me iré menos de una semana a la playa con un familiar de poco comer. No es que me vaya con dicho familiar porque coma poco, pero tal circunstancia me beneficia. Espero que el equivalente al gimnasio lo pueda suplir nadando y caminando, o bailando si es posible (aunque esta opción lo veo poco probable con la persona con la que voy a ir).

El desayuno en la playa es buffet, es posible que me pase un poco, por mucho esfuerzo que haga. Intentaré comer huevos sólo la clara y mucha proteína, que aunque venga con grasa, será mejor que atiborrarme de patatas y bollería.

La comida pues cualquier cosa ligerita, nada de menú, un plato combinado que incluso puede ir casi a medias con mi acompañante (de verdad que es de poco comer).

Otra cosa con la que tengo que tener cuidado es con el alcohol. En los garitos de playa hay muchos cócteles. Son un peligro tremendo, ya lo he comprobado repetidas veces.
Recientemente he descubierto alternativas sanas a las copas y cócteles azucarados. Una de ellas es el agua con gas y rodaja de limón. Da frescor a la garganta, tiene algo de sabor, y la gente no sabrá que estás siendo una frikisana (lo digo porque hay gente que se espanta de verte bailar como posesa si sólo estás bebiendo agua).

Otra opción sana que he descubierto (pero no la tienen en todos los sitios) son las cervezas sin alcohol de sabores. Hay unas de una marca muy conocida (perdonad que no haga propaganda) que además de ser cero alcohol es casi cero calorías, y sabe muy rica como a lima. De esas me he llenado la nevera para tomar al mediodía cuando llego acalorada.

Mi plan es muy ambicioso. Para este mes de agosto he planificado una pérdida de peso de casi tres kilos y medio. Tened en cuenta, que las dietas kamikaze en las que las mujeres perdemos más de un kilo por semana son de obligado efecto rebote.

Mi dieta es hipocalórica leve, incluye ejercicio diario de una hora de cardio con bajo impacto y algo de pesas luego para tonificar y que no salgan estrías y es ligeramente hiperproteica, pero nada que ver con las típicas de ese tipo que generan residuos cetónicos. Lógicamente, quemar grasas hará que entre en cetonuria ligera sí o sí, pero no de forma brutal como la mayor parte de dietas.

Mi referencia de qué comer más o menos viene a ser: Desayuno café con leche y puñado de cereales de dieta. Media mañana un té y una barrita de unas cien calorías. Comida, un plato único sin pan y de postre un café cortado. No meriendo para ir al gim, a la vuelta la merienda sería tarde y a base de fruta, unos 200 gramos de piña, ciruelas, etc. Y un poco más tarde pero no demasiado un filetito o embutido sin grasa con unos picos de pan.


Mi idea es bajar de los setenta kilos de peso a finales de este mes, mi gran escollo, bajar de los 70. Si me va bien, en noviembre debería estar por debajo de los sesenta y cinco. Hay que tener en cuenta que en septiembre me operan y que además, el trabajo, eventos y amigos empezarán a desestabilizar el ritmo. Pero de momento, este mes de agosto voy a ser lo más disciplinada que pueda.